OKLAHOMA CITY   — Un hombre armado esperó al acecho afuera del aeropuerto internacional Will Rogers de Oklahoma City, donde mató a tiros a un empleado de Southwest Airlines en un ataque premeditado que tuvo lugar el martes, cuando centenares de pasajeros esperaban para tomar sus vuelos, dijo la policía.

Michael Winchester, de 52 años, fue baleado mientras caminaba entre una concurrida terminal y la zona del estacionamiento para los empleados del aeropuerto.

El presunto homicida no identificado fue hallado sin vida después dentro de una camioneta pickup en el estacionamiento público frente al lugar del crimen. La policía dijo que el sospechoso al parecer se dio un tiro.

El capitán de la policía de Oklahoma City, Paco Balderrama dijo que el agresor al parecer conocía el itinerario y la rutina de la víctima.

"Este individuo fue ahí y esperó a que el empleado fuera o viniera para tener su oportunidad", declaró Balderrama. El oficial no preciso si el homicidio fue de "tipo francotirador".

El ataque a tiros ocurrió a la una de la tarde y causó gran movilización en el aeropuerto. La policía cerró de inmediato la enorme instalación y solicitó a los pasajeros que se guarecieran.

La policía dispuso el desvío de vuelos de llegada y rehusó autorizar el despegue de aeronaves que ya estaban llenas. Persistía la preocupación de que el sujeto armado hubiera ingresado en la terminal y se hubiera mimetizado entre los pasajeros o empleados.

"Mantenemos un alto nivel de seguridad todo el tiempo. Nos preocupa demasiado que esa gente tenga acceso a los aviones", dijo la portavoz del aeropuerto Karen Carney.

Winchester, cuyo domicilio registrado está en Washington, Oklahoma, a unos 56 kilómetros (35 millas) del aeropuerto, fue futbolista en la Universidad de Oklahoma y su hijo es jugador de los Chiefs de Kansas City.

"Es con gran tristeza que Southwest Airlines confirma que un empleado de Southwest que resultó herido durante un tiroteo hoy en el Aeropuerto Internacional Will Rogers en Oklahoma City ha muerto a consecuencia de sus heridas", afirmó la aerolínea en un comunicado.

La compañía canceló los vuelos de salida de la ciudad para el resto de la jornada aun cuando estaba prevista la reapertura del resto de la terminal.

Centenares de personas quedaron varadas más de tres horas dentro de la terminal hasta que los agentes les permitieron retirarse de manera gradual.

Carney señaló que unas 300 personas permanecieron dentro en sus aviones lejos de la terminal después de que aterrizaran para una escala en tierra.

Los agentes determinaron que el complejo estaba fuera de peligro después de que encontraran a un sospechoso muerto dentro de una camioneta pickup roja en el segundo piso de un estacionamiento público.

El aeropuerto da servicio diario a entre 7.000 y 8.000 pasajeros para las aerolíneas Alaska, Delta, Southwest y United y tiene una terminal separada que funciona como centro de transferencia para presos federales.

Fue autorizado el aterrizaje de un jet que transportaba reclusos mientras permanecía cerrado el resto del aeropuerto.