Una historia de cautiverio, torturas y, gracias a la intervención de un buen samaritano, salvación.

Para algunos vecinos de la avenida Seymour, al oeste de Cleveland, Ohio, la residencia de Ariel Castro, de 52 años, un ex conductor de un autobús escolar, pasaba un tanto desapercibida en su comunidad. La bandera puertorriqueña guindaba del balcón y, en ocasiones, se veía al propietario de la residencia reparando una motora. El hombre también era conocido por tocar el bajo a nivel profesional.

Sin embargo, otros residentes de la zona desconfiaban, luego que una vez vieron a una mujer desnuda caminando por el patio. Hubo otras instancias en que se escucharon gritos desde el interior. Se había llamado a la policía y las autoridades acudieron al hogar, pero nunca entraron ni reportaron algo sospechoso.

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El lunes en la noche todo cambió cuando las autoridades descubrieron que Castro había mantenido en cautiverio por cerca de una década a Georgina “Gina” de Jesús, Amanda Berry y Michelle Knight, quienes fueron secuestradas en hechos separados en distintos bloques de la misma avenida Lorain, a unas tres millas de la residencia. De acuerdo con las autoridades, el sujeto aparentemente actuó en concierto y común acuerdo con dos de sus hermanos: Pedro, de 54 años, y Onil, de 50.

Gina y Amanda habían desaparecido en el 2004 y 2003, cuando tenían 17 y 14 años de edad, respectivamente, mientras que Michelle fue raptada en el 2002, a sus 21 años.

Los primeros dos casos cobraron notoriedad y jamaquearon la comunidad al tratarse de menores de edad. De hecho, un hijo de Ariel que aparentemente desconocía de los raptos y que no vivía con su progenitor había escrito un artículo sobre una de las desapariciones. El tercer caso fue menos conocido, ya que la mujer era una adulta al momento de su desaparición.

La policía no dio detalles de inmediato sobre el hallazgo de las mujeres pero dijo que parecía que estaban en buen estado de salud.

Diez años de horror

A medida que emergen detalles sobre el largo cautiverio de Gina, Amanda y Michelle, la Agencia EFE citó a fuentes policiacas cercanas a la pesquisa que apuntaron a que las jóvenes habrían estado embarazadas y abortado varias veces durante su cautiverio, a causa de las violaciones y golpes de los secuestradores.

Según el canal de televisión local WKYC-TV de Cleveland, que citó fuentes policiales, habría habido “múltiples” embarazos. Aunque no precisaron la cifra, en algunos medios se habla de hasta cinco gestaciones.

Asimismo, los investigadores están revisando el patio trasero de la casa donde se ha observado “tierra removida”.

Ayer, la Policía también confirmó que en la casa vivía una niña de seis años, hija de Berry, aunque no está claro si se cuenta entre los cinco embarazos.

Incomprensible para familiares

Ayer, mientras se daban a conocer más detalles del horrendo crimen, Julio Castro, un tío de Ariel, le ofreció una entrevista telefónica a Primera Hora desde su negocio, Caribe Grocery, en Cleveland.

“Estoy muy sorprendido, pero a la vez muy contento... contento porque encontraron a esas niñas que andaban buscando hace 10 años. Ellas eran amigas de mi familia. Las encontraron vivas, que eso no sucede todo el tiempo... Es una cosa totalmente extraña. Todos estamos sorprendidos porque es una cosa increíble” , indicó el comerciante.

¿Cómo era su sobrino?

Era una persona que se mantenía para sí mismo, aunque era músico y tocaba la guitarra (el bajo)... Si ellos realmente hicieron este crimen, no queremos verlos más.

El hombre aseguró que su sobrino solía frecuentar su negocio, aunque perdió contacto con el hace unos seis años.

El cautiverio

Aunque poco se conoce de los 10 años en que Gina, Amanda y Michelle estuvieron secuestradas, algunos de los datos filtrados por los medios de comunicación apuntan a que las mujeres se mantuvieron en el sótano de la residencia, en un zulo, donde se pudieron encontrar cadenas que se utilizaron para inmovilizarlas.

Charles Ramsey, un vecino de Ariel, cuya entrevista por CNN se convirtió en uno de los eventos más vistos por la Internet durante el día de ayer, indicó que fue a la casa luego de escuchar gritos desde su residencia. Aseguró que tumbó parte de la puerta y que dos de las mujeres salieron con una niña.

En una llamada al Sistema de Emergencias 9-1-1, Berry le dijo a la operadora que era una de las desaparecidas que llevaban 10 años buscando. El vecino también llamó al 9-1-1 para notificar a las autoridades de su descubrimiento. Ariel fue arrestado en un McDonald’s cerca de su residencia, y sus hermanos fueron detenidos posteriormente.