El calentamiento global ha hecho en general que la vida sea más placentera para los estadounidenses en los últimos 40 años, lo que pudiera ayudar a explicar por qué gran parte del público en el país no ve el cambio climático como una amenaza tan grande como los científicos y el resto del mundo, sugiere un nuevo estudio.

Pero lo que se percibe como un beneficio del calentamiento global —en su mayor parte inviernos menos duros— será eclipsado muy pronto por calores más opresivos en el verano, de acuerdo con un estudio en la revista Nature que ha dividido a la comunidad científica.

"Los estadounidenses están recibiendo la señal equivocada del clima en todo el año sobre si deberían preocuparse en torno al cambio climático", dijo Patrick Egan, principal autor del estudio y profesor de políticas públicas en la Universidad de Nueva York. "Están recibiendo lo bueno y no han tenido que pagar el precio por lo malo".

Al menos no por ahora.

Si no se controla la emisión de gases de efecto invernadero, casi nueve de cada 10 estadounidenses van a tener condiciones climáticas mucho peores para el final del siglo, especialmente en el verano, concluye el estudio.

Para tratar de entender la renuencia estadounidense a lidiar con el calentamiento global, Egan y Megan Mullin, profesora de política ambiental en la Universidad Duke, crearon un índice de preferencia climática para los estadounidenses sobre la base de estudios previos que examinaron a dónde se muda la gente, teniendo en cuenta factores como dónde acepta empleos y otros factores. Es calculado principalmente sobre la base de dónde deciden vivir las personas.

Cuando todos los demás factores son los mismos, el estadounidense promedio prefiere que el clima sea más cálido en el invierno y menos caliente y húmedo en el verano. En otras palabras, prefiere ciudades como Phoenix, San Diego o Miami, que encabezaron la tabla del nuevo índice. En el fondo del mismo están Pittsburgh, Cleveland y Detroit.

"Para el estadounidense promedio, el clima diario se ha vuelto mejor", dijo Mullin. Les gusta andar sin abrigo en diciembre, como sucedió para muchos el año pasado.

Para el habitante promedio, los inviernos se han calentado en 1 grado Fahrenheit por década y solamente un séptimo de grado en el verano, dice el estudio.

Estados Unidos "pudiera haber sido arrullado a caer en la complacencia respecto a los impactos del calentamiento global", dijo el profesor Michael Mann, experto climatológico en la Universidad de Pennsylvania, quien no formó parte del estudio pero considera que es un análisis bien fundamentado.

Otros científicos criticaron la investigación. Matthew Nisbet, que estudia comunicación sobre el clima en la Universidad Northeastern, consideró que tiene graves fallas. Dijo que examinar dónde vive la gente no es un buen indicio del clima que prefiere.

Nisbet y la profesora de meteorología Renee McPherson de la Universidad de Oklahoma dijeron que la política, más que el clima, influye en las percepciones personales del cambio climático, de acuerdo con estudios y sondeos.

Los críticos dicen además que el estudio no toma en cuenta acontecimientos extremos del clima, como los intensos aguaceros de esta semana en Houston, la sequía de cuatro años en California, el huracán Katrina o la súper tormenta Sandy.