El corredor aficionado Omar Suro se encontraba a media milla de completar su séptimo Maratón de Boston cuando escuchó dos explosiones en el área de la meta, que hasta el momento han dejado a dos personas muertas y a decenas de heridos.

Poco después de los estallidos policías comenzaron a invadir el área de los corredores para detener su paso.

“La Policía empezó a correr por todo aquello tratando de parar a los corredores”, relató el hombre en conversación telefónica con este medio desde Boston.

“La carrera se detuvo”, agregó.

En medio del caos, Suro logró que una persona le prestara su teléfono celular para comunicarse con su esposa Rosa Morales y su sobrino Jaime Suro, quienes lo esperaban con su bolsa de pertenencias en un área de guaguas cercana a la meta.

Relacionadas

Acordaron encontrarse en el punto donde suelen reunirse las familias que acuden al conocido evento deportivo y de ahí caminar hasta la próxima estación de tren, que estuviera en funciones.

“No hay transportación (en el área cercana a las explosiones). Por ahí lo que pasan son ambulancias”, contó.

La famosa carrera terminaría cerca de la plaza Copley, muy cerca de dos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, el Prudential Center la Librería Pública de Boston.

“Nosotros caminamos como unas dos millas hasta llegar a la estación de Quincy Market”, abundó el boricua, que corrió unas cuatro horas antes de que las autoridades lo detuvieran en su cometido de finalizar la carrera.

Pero en esa travesía para regresar al hotel donde se aloja con su familia, cercano al Aeropuerto Logan, se encontró con personas heridas y a otros asustados y temblorosos.

“Mi compañera estaba llorando”, relató en una conversación, que se cortó en varias ocasiones.

También había personas pidiendo donantes de sangre.

Montado en la guagua que lo llevaba de regreso a la hospedería, luego de completar el viaje en tren, Suro indicó que regresa a la Isla mañana.

Otros cinco puertorriqueños viajaron a la ciudad de Boston para participar en el maratón. Todos lo completaron. Estos fueron Rafael Jiménez Figueroa, de 38 años y vecino de Las Piedras; Wilson Colón, de 44 y residente en Aibonito; Luigi Dessy, de 35 y de Ponce; Ángel Flores Soto, de 53 años y de Morovis; y Arland Miller, de 45 y residente en Guaynabo.