Naciones Unidas - Las crisis en Siria e Irak, Ucrania, Gaza y en varios países africanos dominaron hoy el tono en la apertura del 69 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, donde la próxima semana se reunirán más de un centenar de gobernantes para abordar los principales desafíos globales.

"El mundo se enfrenta a múltiples crisis. Cada una tiene sus propias dinámicas (...), pero todas han incluido atroces ataques contra civiles, incluidos niños. Todas tienen peligrosas dimensiones sectarias, étnicas o tribales. Y muchas han provocado una profunda división en la comunidad internacional", señaló el secretario general, Ban Ki-moon, antes de inaugurar la Asamblea.

Por ello, Ban adelantó que utilizará su intervención el próximo miércoles en el debate general para llamar a los "líderes mundiales a unirse y respetar la dignidad humana, el estado de derecho y los principios de la Carta de Naciones Unidas".

"Hay muchas razones para estar inquietos por el estado del mundo, pero también hay muchas razones para la esperanza. Esa esperanza empieza aquí, en esta (...) sala donde el mundo se une para resolver los desafíos", defendió el diplomático coreano.

Entre los asuntos que centrarán las discusiones de los líderes en los próximos días destaca la situación en Irak y Siria y la amenaza que plantea el avance obtenido en esos países por el Estado Islámico (EI).

Ban, que se felicitó por el "creciente consenso internacional para actuar" contra el EI, respaldó las operaciones emprendidas por Estados Unidos y llamó a todos los países con recursos a "actuar con decisión" para frenar al grupo yihadista.

El secretario general lamentó la existencia de una "oleada de intolerancia" en muchos lugares y la existencia de organizaciones, como el EI, que "aprovechan las divisiones" e "impulsan el odio".

"Esta Asamblea General representa el máximo rechazo a esa visión distorsionada del mundo", subrayó en un discurso, en el que llamó a todas las naciones a demostrar compromiso para resolver los problemas juntas.

En su sombrío retrato de la coyuntura internacional, Ban se refirió hoy también a la "volátil situación" en Ucrania y al caos que se extiende por Libia, así como a las consecuencias de la "devastadora guerra en Gaza" y a la enorme polarización entre israelíes y palestinos.

También urgió a no olvidar la violencia que continúa en Mali, Sudán del Sur y la República Centroafricana, o los avances de los terroristas de Boko Haram en Nigeria.

La crisis del ébola en el África occidental promete ser también uno de los platos fuertes de las reuniones multilaterales de los próximos días, que tendrán como aperitivo un encuentro de urgencia del Consejo de Seguridad sobre la enfermedad este jueves.

En él, Ban y la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, presentarán las líneas maestras de la acción coordinada para contener la epidemia, mientras poco a poco los países anuncian nuevas contribuciones.

Todas esas crisis internacionales amenazan con arrinconar dos de las que eran a priori grandes prioridades para el nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General: el cambio climático y la negociación de la nueva agenda global de desarrollo.

El cambio climático tendrá su propia cumbre en Nueva York el próximo martes, en la que por primera vez en cinco años, desde Copenhague, gobernantes de todo el mundo discutirán las medidas para frenar el calentamiento global.

El objetivo de Ban, organizador de la cita, es dar un impulso a las negociaciones para lograr un acuerdo internacional el próximo año y lograr nuevos compromisos por parte de los gobiernos, mientras que en el apartado del desarrollo, los líderes deben avanzar en las discusiones sobre las metas que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que vencen el próximo año.

"En estos tiempos de tempestad, las próximas dos semanas subrayaron el papel indispensable de las Naciones Unidas para afrontar amenazas globales y aprovechar oportunidades para el progreso común", aseguró el secretario general de la ONU.