Massachusetts.- Para el presidente Barack Obama, la intersección de la raza y las leyes ha revelado tanto los obstáculos como el poder de tocar estos dos asuntos delicados como el primer presidente negro del país.

Pocos meses después de jurar el cargo, Obama reprendió a un policía de Massachusetts por comportarse "estúpidamente" al arrestar a un profesor negro de Harvard en su propia casa. Después de que salieron a la luz más detalles del caso, Obama se vio obligado a aclarar sus declaraciones y trató de remediar la situación al celebrar una incómoda "reunión cumbre con cerveza" en la Casa Blanca con el profesor y el policía.

Relacionadas

Cuatro años después, ahora que no se enfrenta a la reelección, Obama habló apasionadamente sobre la exculpación en 2013 del hombre que mató a Trayvon Martin, un adolescente desarmado abatido cerca de la casa de su familia en Florida. En términos inusualmente personales, Obama dijo que Martin "pudo haber sido yo hace 35 años" y dio voz al dolor de la comunidad afroamericana.

Ahora el presidente navega una vez más una situación con una fuerte carga racial que ha captado la atención del país, esta vez en Ferguson, Missouri, el suburbio de San Luis donde un adolescente negro desarmado fue abatido a tiros el sábado por un policía blanco. A la muerte de Michael Brown, de 18 años, siguieron violentos enfrentamientos entre la policía y manifestantes.

En su primera declaración pública sobre la situación, Obama pidió el jueves "paz y calma" en Ferguson y pidió a todos los involucrados que se controlaran.

"Nunca se puede excusar la violencia contra la policía o los que se ocultan tras esta tragedia para vandalizar o robar", dijo Obama, hablando desde la isla de Martha's Vineyard, en Massachusetts, donde está a mitad de unas vacaciones de dos semanas. "Tampoco hay excusa para que la policía use la fuerza excesivamente contra manifestantes pacíficos o encarcele a manifestantes por ejercer legalmente los derechos que les confiere la Primera Enmienda (de la Constitución)".

El presidente decidió hablar sobre el asunto después de recibir información el miércoles ya tarde por parte del secretario de Justicia, Eric Holder, de que la violencia había subido de tono, mientras el presidente compartía con el expresidente Bill Clinton, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y otros en una fiesta de cumpleaños.

Ha habido información opuesta sobre qué llevó a la muerte de Brown. La policía dijo que el agente confrontó a Brown y a otro hombre en la calle y que uno de los dos lo agredió y trató de arrebatarle el arma. Durante el forcejeo, que entonces se desarrolló en la calle, Brown recibió varios disparos, según la policía.

Pero un hombre que dice estaba con Brown durante los hechos dio una versión muy diferente. Dorian Johnson dice que el agente agarró por el cuello a su amigo y entonces trató de meterlo en el carro patrullero antes de sacar su arma y disparar. Johnson y otro testigo dicen que Brown estaba en la calle con las manos levantadas cuando el policía le disparó varias veces.

La declaración cuidadosamente redactada de Obama reflejó la falta de claridad sobre lo sucedido. El presidente exhortó a la policía a ser "abierta y transparente" en la investigación, pero no emitió ningún juicio sobre qué llevó a la muerte de Brown.

Obama evitó mencionar el asunto racial en su declaración, e instó a la gente a "recordar que todos somos parte de una sola familia estadounidense".