Washington— La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos probó alguna vez si podía rastrear la ubicación de teléfonos celulares de sus ciudadanos, reveló el miércoles el director de la agencia, el general Keith Alexander.

Alexander y el director de Inteligencia Nacional James Clapper testificaron en una audiencia del Comité de Asuntos Jurídicos del Senado sobre reformas propuestas a la vigilancia de uso de telefonía e internet por parte de la agencia (conocida como NSA por sus iniciales en inglés) en todo el mundo, la cual fue expuesta en junio por el ex analista de la agencia Edward Snowden.

Pero ninguno de los directores de los servicios de espionaje discutió las reformas propuestas; en lugar de ello fueron interrogados sobre nuevos abusos potenciales que han surgido desde entonces.

Alexander negó un reporte del New York Times publicado el sábado que decía que la NSA revisó redes sociales de estadounidenses en busca de vínculos con terrorismo, y que detallaba 12 casos previos de abuso por parte de empleados de la Agencia de Seguridad Nacional que utilizaron la misma para misiones no sancionadas, como espiar a un cónyuge. El general señaló que todos los empleados fueron descubiertos y, en su mayoría, castigados.

Alexander y Clapper dijeron además a legisladores que la paralización gubernamental en áreas no esenciales que inició el martes debido a un empantanamiento en las negociaciones sobre el presupuesto está dañando seriamente la capacidad de la comunidad de inteligencia para proteger contra amenazas. Indicaron que mantienen trabajando al personal de contraterrorismo, así como a quienes proporcionan información de inteligencia a tropas en Afganistán, pero que aproximadamente 70% de la fuerza de trabajo civil fue suspendida sin goce de sueldo. Los detalles sobre el trabajo que realiza el personal enviado a casa son secretos.

El Congreso está analizando realizar cambios a la Ley de Vigilancia de Inteligencia en el Extranjero que algunos creen brinda a la NSA demasiada libertad para recopilar información en Estados Unidos como parte del espionaje a objetivos en el extranjero.

Alexander dijo al comité que su agencia probó alguna vez, en 2010 y 2011, si podía rastrear la ubicación de teléfonos celulares de estadounidenses, pero señaló que la NSA no utiliza esa capacidad, dejando al FBI la tarea de construir un caso judicial o de inteligencia extranjera contra un sospechoso y rastrearlo.

"Esto podría ser algo que en el futuro sea un requerimiento para el país, pero no lo es en este momento, porque cuando identificamos un número, se lo entregamos al FBI", dijo Alexander. "Cuando ellos consiguen su causa probable, pueden obtener la información sobre ubicación", agregó.