ORLANDO, Florida — Una de las salidas del club nocturno Pulse no funcionaba desde semanas antes de la masacre de 49 de sus clientes el 12 de junio, pero el club nocturno gay tenía el doble de las salidas necesarias para el máximo de 300 personas que podía admitir.

La última inspección de bomberos al Pulse fue a fines de mayo, cuando se descubrió la salida inutilizable. Se dispuso una inspección posterior, pero no hubo tiempo de realizarla de manera que no se sabe si se resolvió el problema, según la correspondencia electrónica entre la oficial de bomberos, Tammy Hughes, y el jefe del departamento, Roderick Williams.

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Hughes dijo que todo estaba dentro de los plazos normales.

"En este momento no hay inquietudes sobre nuestras prácticas", escribió Hughes el 12 de junio.

En otro mensaje de texto, Hughes dijo que las seis salidas del club eran suficientes para un local con el doble de personas.

Los textos fueron difundidos el día de la primera de dos audiencias judiciales para determinar si las llamadas al número de emergencias 911 efectuadas durante la masacre de Pulse pueden hacerse públicas.

Una veintena de empresas periodísticas, incluidas la Associated Press, CNN y el New York Times, sostiene que las autoridades municipales ocultan ilegalmente los llamados al 911 y las comunicaciones entre el asesino Omar Mateen y la policía de Orlando. Mateen fue abatido por la policía en el tiroteo del club Pulse que dejó 49 muertos y 53 heridos.

Las autoridades municipales dicen que, bajo la ley estatal, las grabaciones están exentas de difusión pública.