Portland.- La enfermera estadounidense que desafió una cuarentena después de atender a pacientes con ébola en África occidental dijo que está deseosa de salir de la puerta "como la gente normal".

Kaci Hickox tiene varios planes una vez que finalice el período de incubación de la enfermedad mortífera de 21 días, como tener una cena con su novio, pero dijo a Prensa Asociada que le preocupa qué tipo de recepción tendrá después de ser aclamada por unos y vilipendiada por otros por haber desafiado las cuarentenas ordenadas por el estado en Nueva Jersey y Maine.

La mayoría de la gente la ha apoyado, dijo, pero otros la odian. Dijo haber recibido la carta de una persona en la que dijo esperar que ella se enferme de ébola y muera.

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"Seguimos agradecidos de haber tenido un gran apoyo en esta comunidad, pero estaría mintiendo si dijera que no estoy un poco nerviosa al pensar en la gente del otro lado del debate y cómo podrían reaccionar hacia mí", dijo.

El lunes se cumplirán 21 días desde la última vez que Hickox estuvo en exposición con un enfermo de ébola: una niña de 10 años quien sufrió convulsiones antes de morir sola, sin su familia al lado.

El martes, Hickox ya no necesitará de una vigilancia diaria en busca de síntomas de ébola. Incluso quienes trataron de someterla a un aislamiento sanitario están de acuerdo en que ella ya no será una amenaza de salud.

Hickox dijo que no tiene intención de dejar de hablar en nombre de los trabajadores de la salud y que tampoco dejará que su experiencia le impida regresar a África occidental.

"Algo como una cuarentena no me va a asustar de hacer el trabajo que me encanta", dijo desde su casa en Fort Kent, en el extremo norte de Maine. "Me gustaría regresar a Sierra Leona, en un instante".