Fort Kent, Maine.— El gobernador de Maine y autoridades de salud del estado quieren conseguir un mandato legal que les permita mantener en cuarentena a una enfermera que atendió a pacientes contagiados con ébola en África, quien sostiene que no hay justificación para mantenerla en aislamiento, informó el mandatario estatal Paul LePage, el miércoles.

La policía local vigila la casa donde la enfermera Kaci Hickox se encuentra en cuarentena voluntaria, agregó LePage, para asegurar su protección y la seguridad de la comunidad.

Hickox dijo a dos programas de televisión que ha respetado la cuarentena voluntaria y que no tuvo contacto con nadie el martes y tampoco lo tendrá el miércoles, pero que no piensa seguir cooperando después de eso.

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"No pienso seguir las directrices", dijo Hickox en "Today". "Sigo horrorizada por estas políticas de cuarentena domiciliaria que me han sido impuestas por obligación aunque estoy perfectamente sana".

Su abogado dijo a The Associated Press que Hickox no está dispuesta a cooperar a menos que el estado levante "todas o la mayoría de las restricciones", lo que LePage consideró decepcionante.

"Esperábamos que la trabajadora sanitaria cumpliera voluntariamente con los protocolos pero este individuo ha dicho públicamente que no los respetará", dijo LePage en un comunicado. "Estamos muy preocupados por su seguridad y la salud de esa comunidad".

Hickox, que viajó como voluntaria con Médicos Sin Fronteras, fue la primera persona afectada por la cuarentena obligatoria impuesta por Nueva Jersey para pasajeros que lleguen al aeropuerto internacional Liberty de Newark procedentes de los tres países de África (Liberia, Guinea y Sierra Leona) más afectados por la enfermedad.

La enfermera, que pasó el fin de semana asilada en una tienda de campaña, dijo que nunca había tenido síntomas de ébola y que había dado negativo en un examen preliminar, y los gobernadores de Nueva Jersey, Chris Christie, y Nueva York, Andrew Cuomo, recibieron duras críticas por imponer los aislamientos obligatorios.

"No voy a quedarme sentada siendo intimidada por políticos ni obligada a quedarme en casa cuando no voy a ser un riesgo para los ciudadanos estadounidenses", dijo.

El martes, la responsable del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Mary Mayhew, dijo que tanto su departamento como la oficina del fiscal general estaban preparados para imponer el aislamiento si alguien se negaba a cooperar.

Por su parte el secretario de Defensa, Chuck Hagel, aprobó el miércoles una recomendación de altos mandos de las fuerzas armadas para mantener en aislamiento por 21 días a todos los elementos que regresen de las operaciones de respuesta al ébola en África.

La medida va más allá de las precauciones recomendadas por el gobierno de Barack Obama para civiles, aunque el mandatario ha dejado claro que cree que la situación de los militares es diferente a la de los civiles, en parte porque las soldados no eligieron ir a África.

Hagel dijo que actuó en respuesta a una recomendación que envió el martes el general Martin Dempsey, titular del grupo de jefes de gabinete, a nombre de los responsables de cada uno de los servicios militares.

Hagel justificó la decisión diciendo que las fuerzas armadas tienen más personas en África combatiendo al ébola que cualquiera otra área del gobierno de Estados Unidos.