Washington.- El gobierno de Estados Unidos autorizó en agosto a la policía de Ferguson, Missouri, a restringir más de 37 millas cuadradas (95 kilómetros cuadrados) de espacio aéreo durante casi dos semanas por motivos de seguridad, pero según grabaciones de sonido las autoridades querían mantener alejados a los helicópteros de prensa durante las violentas protestas callejeras.

El 12 de agosto, ante las manifestaciones posteriores a la muerte del joven de 18 años Michael Brown, la Administración Federal de Aviación (FAA) intentaron redefinir una prohibición previa al tráfico aéreo para que pudieran volar sobre la zona helicópteros de la policía y vuelos comerciales del cercano aeropuerto internacional Lambert-St Louis, pero nadie más.

"Al final admitieron que era para mantener a los medios fuera", dijo un empleado de la FAA sobre el departamento de policía del condado de St. Louis en una serie de conversaciones telefónicas grabadas a las que tuvo acceso la Associated Press. "Pero estaban un poco preocupados de, obviamente, cualquier otra cosa que pudiera estar pasando".

En otro momento, un empleado del centro de la FAA en Kansas City dijo que a la policía "no le importaba si dirigía tráfico comercial sobre su TFR (siglas en inglés de restricción temporal de vuelos) todo el día. No querían a los medios allí".

Las conversaciones contradicen las afirmaciones de la policía del condado, que afirmó que las restricciones no tenían nada que ver con limitar a la prensa, y que se impusieron después de que un helicóptero de la policía recibiera disparos.

Pero agentes de la policía regional dijeron hace poco a la AP que su aeronave no sufrió daños, y no pudieron ofrecer un registro del tiroteo. En las cintas, un gestor del FAA describió las noticias sobre los disparos al helicóptero como "rumores" sin confirmar.

La AP obtuvo los registros amparada por la Ley de Libertad de Información. Los documentos plantean serias dudas sobre si la policía intentaba impedir que se tomaran imágenes aéreas de las manifestaciones y de la respuesta policial, violando los derechos constitucionales de los periodistas con la asistencia tácita de las autoridades federales.

Estas imágenes habrían ofrecido una visión sin tapujos de uno de los episodios más serios de violencia civil en la memoria reciente. Además, las grabaciones ofrecen un poco común atisbo de las operaciones gubernamentales, en especial porque las peticiones de registros públicos realizadas por la AP y otros medios a las autoridades de Ferguson fueron rechazadas o recibidas con cuantiosas tarifas de gestión.

"Cualquier prueba de que se impuso una zona de exclusión aérea como un pretexto para excluir a los medios que cubrían los sucesos en Ferguson es perturbadora en extremo y una descarada violación de los derechos de la prensa de la Primera Enmienda", afirmó Lee Rowland, abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles especializado en cuestiones vinculadas a la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense.

Por su parte, el administrador de la FAA Michael Huerta dijo el domingo en un comunicado que su agencia siempre errará del lado de la prudencia. "La FAA no puede y nunca prohibirá exclusivamente a los medios cubrir un suceso de interés nacional, y nunca se prohibió a los medios cubrir los acontecimientos en Ferguson en este caso".

Además, Huerta dijo que hasta donde sabía la FAA, "ningún medio se opuso a ninguna de las restricciones" cuando estaban en vigor.

En las grabaciones, un empleado de la FAA lamentó que los procedimientos para definir una zona de exclusión aérea no contaran con una opción que excluyera sólo a los helicópteros de noticias. "En realidad (...) no hay una opción de una TFR que diga, ya sabes, 'vale, todo el mundo menos los medios está bien''', dijo, antes de trabajar para formular un criterio que creyeron podría mantener a los helicópteros de los medios fuera de la zona controlada sin impedir otro tráfico aéreo.

La policía de Ferguson fue muy criticada por su respuesta tras la muerte de Brown, abatido a tiros por un agente de policía, Darren Wilson, el 9 de agosto. Más tarde, siguiendo una orden de la policía del condado, varios periodistas fueron arrestados, un equipo de televisión fue atacado con gases lacrimógenos y a algunos manifestantes se les dijo que no estaban autorizados a grabar a los agentes.

A primeros de octubre, un juez federal dijo que la policía había violado los derechos de los manifestantes y los periodistas al obligarles a estar en constante movimiento.

"Aquí, en los Estados Unidos de América, la policía no debería estar acosando y arrestando a periodistas que sólo están haciendo su trabajo. (...) Las autoridades locales, incluyendo la policía, tienen una responsabilidad de ser transparentes y abiertas", dijo el presidente, Barack Obama, el 14 de agosto, dos días después de que la policía admitiera a agentes federales que la exclusión aérea pretendía mantener a los helicópteros de prensa lejos de la zona.