CHARLESTON, Carolina del Sur — El autor de un tiroteo que mató a nueve feligreses negros en Carolina del Sur, Dylann Roof, casi seguramente pasará el resto de su vida en prisión.

Un jurado federal declaró culpable el jueves a Roof de los 33 cargos en su contra. Esos mismos jurados decidirán en otra fase del juicio a partir del 3 de enero si lo sentencian a muerte o a cadena perpetua por la masacre en una histórica iglesia negra en Charleston, cuyo fundador lideró una fallida rebelión de esclavos.

El crimen pasmoso ocurrió el 17 de junio de 2015. La bandera confederada —vista por algunos como un símbolo de racismo, supremacía blanca, intolerancia y esclavitud— fue retirada de la legislatura estatal en Carolina del Sur. Los agujeros de bala del tiroteo en el salón de la iglesia Emanuel AME también fueron cubiertos.

Cuando comiencen los testimonios en enero, Roof será su propio abogado, tras haber despedido a su equipo de defensa, que teme que Roof haya decidido tomar su propia defensa porque no quiere que ellos presenten evidencia embarazosa con tal de salvarle la vida.

La masacre se volvió más repugnante durante seis días de testimonio. Roof hizo 77 disparos en el salón de la iglesia. Más de 50 alcanzaron a alguien. Cada una de las nueve personas muertas fue baleada al menos cinco veces. El médico forense dijo que los ángulos de algunos de los disparos parecían indicar que alguien estaba apuntándoles a víctimas que yacían inmóviles, con los brazos a los costados. Un fiscal dijo que fueron ejecutados como animales.

Roof no titubeó para explicar sus convicciones racistas durante su confesión a agentes del FBI y dejó un diario escrito a mano lleno de sus ideas, incluso que los negros eran inferiores a los blancos. Dejó además fotos cuidadosamente escogidas en las que se le ve sosteniendo la pistola Glock .45 que usó en los asesinatos, posando en sitios históricos de la Guerra de Secesión y con la bandera confederada.

Al leerse el veredicto el jueves, Roof se limitó a mirar al vacío, como hizo durante casi todo el juicio. Familiares de las víctimas se agarraron de manos y se apretaron los brazos. Una mujer asintió cada vez que el secretario de la corte dijo "culpable".

El abogado defensor David Bruck admitió que Roof cometió los asesinatos, pero les pidió a los jurados que trataran de entender qué le hizo tan lleno de odio, llamándole un solitario suicida que nunca comprendió la magnitud de lo que había hecho.

Sin embargo, la sobreviviente Felicia Sanders dice creer que Roof es un cobarde, porque se negó a mirarla a los ojos cuando ella declaraba. Sanders declinó decir tras conocerse los veredictos el jueves si quiere que Roof sea ejecutado por el crimen.