Los esfuerzos de Estados Unidos pare evitar el flujo de combatientes extranjeros a Siria e Irak para unirse al Estado Islámico (EI) "han fracasado", y en los primeros nueve meses de 2015 se han unido a las filas yihadistas 7,000 extranjeros, entre ellos 250 estadounidenses, indicó hoy el Congreso.

"A pesar de los esfuerzos concertados para detener el flujo, hemos fracasado en gran medida para detener a estadounidenses que buscan viajar al extranjero para unirse a los yihadistas", señaló el informe bipartidista encargado por el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.

Entre enero y septiembre de 2015, más de 7,000 combatientes se han integrado en el Estado Islámico y, aunque la mayoría proceden de Oriente Medio y el Norte de África, también incluyen 250 ciudadanos estadounidenses, un 30 % de los cuales son mujeres, apuntó el informe.

De éstos, las autoridades solo han logrado detener a 28 antes de que viajasen a Siria o Irak.

El reporte insta a una reforma completa de la estrategia del Gobierno estadounidense para hacer frente "a la mayor convergencia global de yihadistas de la historia".

En una conferencia de prensa, el presidente del Comité Michael McCaul, representante republicano por Texas, subrayó que los hallazgos indican que "la amenaza está empeorando, no mejorando" y que "estamos perdiendo la batalla por evitar que estadounidenses viajen al campo de batalla".

"Más importante aún, carecemos de una estrategia nacional para enfrentarnos a este problema", agregó McCaul.

Desde 2011, las autoridades estadounidenses calculan que más de 30,000 combatientes extranjeros han engrosado las filas del Estado Islámico procedentes de más de un centenar de países.