California, que durante años estuvo al margen de la política nacional, ahora es el vórtice de la lucha por el control del Congreso. 

Ningún otro estado será más relevante para una posible ola demócrata que podría surgir este otoño. Pero antes de eso, los demócratas deben evitar los errores autoinfligidos el martes, en las primarias que tienen una multitud de candidatos ambiciosos. Al mismo tiempo, los republicanos enfrentan la posibilidad vergonzosa de no poder contar con los votos suficientes para nominar a ningún candidato en contiendas banderas para el Senado federal y gobernaciones. 

California es el más importante de ocho estados que tienen primarias el martes. Los demócratas y republicanos de Montana a Alabama y de Mississippi a Nueva Jersey elegirán a sus nominados para la elección general de noviembre, las primeras de medio período de la presidencia de Donald Trump. 

Con la posibilidad de una ola demócrata en el horizonte, las elecciones del martes pondrán a prueba el entusiasmo de los votantes, la calidad de los candidatos y la influencia de Trump. 

El presidente hizo un llamado a sus simpatizantes, pidiéndoles que hagan escuchar sus voces, exhortándoles el martes vía Twitter que no dejen que los demócratas los despunten en noviembre. 

"Salgan hoy a votar en California por el congresista Kevin McCarthy y por todos los candidatos republicanos para el Congreso", tuiteó Trump, refiriéndose al líder de la mayoría de la cámara baja y representante de Bakersfield. "Mantengan al país libre del Alto Crimen, los Altos Impuestos y Nancy Pelosi". 

Por otro lado, estrategas demócratas prevén ver nuevas evidencias de una reacción contra Trump, especialmente en distritos suburbanos en Nueva Jersey y California, donde muchos votantes han perdido la confianza en el presidente republicano. 

"Los suburbios en California son el centro de la gravedad para los votantes que rechazan a republicanos en la era de Trump", dijo el estratega demócrata Jesse Ferguson. "Cuando uno combina la energía demócrata con los votantes independientes de los suburbios que no quieren saber nada de Trump, uno crea una mezcla tóxica para un congresista republicano que está tratando de salir electo para un nuevo período". 

Los demócratas deberán arrebatarles a los republicanos al menos 23 puestos para tomar el control de la Cámara de Representantes durante la segunda mitad del primer período de Trump. 

Para esto no hay terreno más fértil que California, donde hay siete puestos republicanos en distritos donde la nominada demócrata a la presidencia Hillary Clinton ganó en el 2016. Todos los demás estados no tienen más de tres de estos puestos. Pero el sistema electoral de California, donde los dos candidatos con más votos pasan a la elección general, complica el panorama.