Washington.- Grupos de jóvenes han comenzado a practicar un "juego" que consiste en dejar inconscientes a los viandantes y ha provocado una oleada de agresiones que atemoriza a los ciudadanos.

Es conocido como "el juego del noqueo" ("knockout game", en inglés) y tiene como lema "apunta y noquea". Los jóvenes deciden primero a quién van a agredir en plena calle y, acto seguido, dejan sin sentido a sus víctimas de un golpe en la cabeza.

Algo así le sucedió a Leandro Rivero, una de las víctimas de este juego perverso, quien fue atacado en Washington hace unas semanas: varios adolescentes se abalanzaron sobre él cuando volvía a su casa por la noche, le agredieron sin ninguna motivación aparente y después huyeron.

"Iban a pegarme por detrás, pero como escuché pasos me giré, intenté zafarme y caí al piso, no recuerdo si me seguían pegando o qué y se fueron corriendo", explicó Rivero.

"Creo que no me querían robar, porque eran varios y yo estaba en el piso; si querían robarme lo hubieran podido hacer", añadió.

Además de en Washington, donde la Policía Metropolitana investiga dos casos relacionados con esta modalidad delictiva, se han denunciado agresiones en ciudades como Nueva York, Miami, Chicago, Filadelfia, Baltimore, Seattle, Cleveland, Milwaukee o Denver, pero no existen datos de cuántas se han producido en todo el país.

No obstante, la difusión por internet de grabaciones de ataques como el que sufrió Rivero está causando alarma.

Según muestran esas imágenes, el juego tiene diversas modalidades: en algunos casos los agresores corren hacia las víctimas, en otros, esperan a que pasen por delante y se abalanzan sobre ellas, pero siempre las pillan por sorpresa, las golpean y las dejan K.O.

Las autoridades policiales desconocen qué empuja a los agresores a llevar a cabo estos asaltos de los que también son víctimas ancianos o indigentes.

"No deberíamos estar sorprendidos, vivimos en una sociedad muy violenta", aseguró a Efe el profesor asociado de Psicología de la Universidad Drexel (Pensilvania) y director del Centro para la Prevención de la Violencia en Edad Escolar, Chuck Williams.

Kathy Seifert, experta en violencia juvenil y jefa del gabinete Servicios Psicológicos de la Costa Este, también atribuye la irrupción del "juego del noqueo" a la alta tasa de violencia de Estados Unidos y destaca que es "la mayor entre las naciones industrializadas".

En las dos últimas décadas, la delincuencia en el país se ha reducido casi un 40 %, desde los cerca de dos millones de delitos con violencia (asesinatos, asaltos, violaciones, etcétera) que se registraron en 1993, hasta los 1,21 millones de 2012, según los datos del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Sin embargo, el año pasado el índice de delitos violentos aumentó un 0,7 respecto a 2011 y se situó en 387 delitos por cada 100.000 habitantes.

Así, de media, cada 26 segundos se produjo un delito violento el año pasado y, cada 35 minutos, un asesinato (14.827 en total).

Para Williams, "al promocionar películas como Los Juegos del Hambre o videojuegos como Grand Theft Auto, que son muy violentos, se envía un mensaje confuso a los adolescentes, porque no se ve la violencia como algo malo, se tolera".

"Los estadounidenses veneramos y respetamos la violencia de una forma que no respetamos la inteligencia, la educación y los modales", apuntó Seifert.

Sin embargo, Williams recordó que el "juego del noqueo", pese a no ser mayoritario, produce una conducta "socialmente contagiosa".

Este experto en psicología adolescente subrayó que las redes sociales virtuales "favorecen" estos comportamientos, ya que dan más notoriedad a quienes los protagonizan.

"Cuando se comportan de forma violenta y lo difunden en las redes sociales, consiguen más seguidores, crece su capital social, lo que les incentiva a volverlo a hacer", añadió.

En cualquier caso, la policía mantiene, de momento, su escepticismo respecto a la moda del "juego del noqueo" y se resisten a hablar de una tendencia nacional creciente.

Tampoco la etiqueta de "knockout game" es nueva: el diario "Boston Globe" la empleó por primera vez en 1992 para informar de la muerte de un estudiante del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).