Texas.- El miedo al ébola empezó a remitir el lunes en Dallas al cumplirse el periodo de cuarentena para las personas que habían mantenido contacto estrecho con una víctima de la enfermedad y después de que un susto en un crucero terminara con la embarcación de vuelta en puerto y un análisis negativo de la empleada de laboratorio que iba a bordo.

Mientras tanto, las autoridades federales de Estados Unidos trabajaban por mejorar su respuesta a posibles casos futuros. Un alto cargo del gobierno dijo que las guías revisadas instan a los trabajadores sanitarios que atienden a pacientes de ébola a vestir trajes de protección "sin piel a la vista".

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El Pentágono, a su vez, dijo estar formando un equipo para asistir a médicos civiles en Estados Unidos.

En Dallas, Louise Troh y varios amigos y familiares volverían a ser libres el lunes para abandonar la casa en la que estuvieron confinados con guardias armados durante 21 días, el periodo máximo de incubación del virus. Las personas aisladas tuvieron estrecho contacto con Thomas Eric Duncan, un liberiano que murió de ébola el 8 de octubre en el Hospital Presbiteriano de Salud de Texas.

"Quiero respirar, quiero llorar a mi novio, quiero privacidad con mi familia", dijo Troh a la Associated Press.

También ha pasado el periodo de incubación para una docena de trabajadores sanitarios que coincidieron con Duncan cuando fue al hospital de Dallas por primera vez, el 25 de septiembre.

Duncan fue enviado a casa, pero el 28 de septiembre regresó en ambulancia y fue ingresado. Dos enfermeras que le atendieron durante esa segunda visita —Nina Pham y Amber Vinson— están ahora hospitalizadas con ébola.

La familia de Vinson emitió un comunicado el domingo diciendo que habían contratado un abogado y estaban disgustados por comentarios y cobertura en los medios que daban una imagen errónea de Vinson, ingresada en el hospital de la Universidad de Emory, en Atlanta. Vinson "no ha expuesto, ni hubiera expuesto a sabiendas a sí misma ni a nadie más", afirmó el comunicado.

Funcionarios del Condado de Dallas y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades autorizaron a la enfermera a viajar en avión la semana pasada de Dallas a Ohio, y "las sugerencias de que ignoró cualquiera de los protocolos que le recomendaron los médicos y el gobierno son claramente falsos e hirientes", afirmó la familia.

El domingo, un crucero de la compañía Carnival Cruise regresó a Galveston, Texas, tras un viaje de siete días marcado por el temor por una trabajadora sanitaria que iba a bordo, y que estaba bajo vigilancia por ébola. La supervisora de laboratorio, que manejó una muestra de Duncan, se aisló a sí misma en el barco como precaución.

Unos 4.000 pasajeros del barco se perdieron una parada del recorrido en Cozumel, México, donde no se permitió atracar al barco debido a temores de seguridad. La naviera dijo que las autoridades sanitarias estadounidenses habían informado el domingo por la mañana de que la trabajadora había dado negativo en ébola.

El doctor Anthony Fauci, responsable del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, dijo que los que habían atendido a Duncan eran vulnerables porque parte de su piel había estado expuesta cuando le asistían.

El CDC está revisando los protocolos de seguridad. Los anteriores, indicó Fauci, se basaban en un modelo de la Organización Mundial de la Salud para la atención en lugares remotos, a menudo al aire libre y sin formación intensiva del personal sanitario.

Se espera que las nuevas normas establezcan criterios más estrictos, requiriendo trajes de cuerpo entero y capuchas que cubran el cuello de los trabajadores, además de imponer normas para la retirada del equipo y la desinfección de las manos. Además, se requerirá que una persona supervise cómo se ponen y se quitan los trajes.

Representantes de las enfermeras han pedido más indicaciones y mejores equipos, señalando que nunca han atendido a pacientes de ébola y se sienten poco preparadas y mal equipadas.