La búsqueda desesperada de una pareja y cuatro niños perdidos durante dos días en frío bajo cero de las agrestes montañas de Nevada tuvo un final feliz el martes cuando los rescatistas, guiados en parte por señales de teléfono móvil y huellas en la nieve, los encontraron sanos y salvos cerca de su vehículo volcado.

Unas 200 personas estuvieron buscándolos por tierra y aire después que el grupo no regresó el domingo de un viaje a las montañas nevadas cerca de su poblado de residencia, Lovelock, en el desierto de Nevada.

"Se mantuvieron juntos esa fue la clave. Eso no se ve mucho en los casos de búsqueda y rescate", dijo Paul Burke, coordinador estatal de búsqueda y rescate. "Hicieron cosas muy positivas, como calentar rocas, pero mantenerse juntos fue lo principal".

El Jeep en que viajaban se volcó muy cerca de una carretera. Un rescatista dijo que el motor no encendía, pero que el grupo se mantuvo dentro del vehículo volcado a manera de refugio y quemaron el neumático de repuesto para calentarse.

"El padre los mantuvo en buen estado", dijo Patty Bianchi, presidenta ejecutiva a del Hospital General de Pershing, a donde trasladaron a los seis. "Todos están bien. Están un poco deshidratados, pero eso es todo". 

Unas 100 personas se congregaron en la calle junto al hospital y rompieron en vítores cuando dos de los niños fueron sacados de una ambulancia. Los otros entraron al hospital caminando.

"Estoy muy, muy contento", dijo el coronel Tim Hahn de la Patrulla Aérea Civil, que usó varios aviones para buscar al grupo.

Los rescatistas comenzaron a buscar al grupo en la zona natural llamada Seven Troughs el domingo por la noche: eran James Glanton, de 34 años; su novia, Christina McIntee, de 25; sus dos hijos, Evan y Chloe Glanton, y Shelby Fitzpatrick y Tate McIntee, sobrina y sobrino de McIntee. Los niños tienen entre 3 y 10 años.

Un equipo de expertos en telefonía móvil analizó con qué torres estuvo en contacto el aparato de la mujer durante el viaje, lo que dio a los rescatistas una mejor idea de dónde pudieran estar, dijo Hahn. Pero se habían adentrado tanto en tierras salvajes que aparentemente no pudieron llamar para pedir auxilio, aunque la señal era lo suficientemente fuerte como para dejar un rastro electrónico básico desde el principio, dijeron oficiales de la Patrulla Aérea.