Denver - Tras completar un estudio sobre el prevalente uso entre adolescentes de mensajes de texto con alto contenido sexual, el Dr. Don Strassberg, autor del reporte, indicó hoy a Efe que su próxima investigación se enfocará en las posibles diferencias del envío de esos mensajes entre jóvenes de distintos grupos étnicos, incluyendo hispanos.

Según Strassberg, profesor de psicología en la Universidad de Utah, el estudio más reciente no revela si existen conductas distintas entre distintas culturas con respecto a mensajes compartidos entre adolescentes que incluyan fotografías de personas desnudas.

No obstante, "ya estamos comenzando un nuevo estudio que buscará responder precisamente a esa pregunta", afirmó.

El estudio, titulado "El enviar y recibir contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles ("sexting") en la escuela secundaria", que fue publicado en línea esta semana, aparecerá en diciembre próximo en la revista especializada Computers in Human Behavior.

Tras encuestar a ,130 estudiantes universitarios y pedirles que hablasen sobre los mensajes que enviaban cuando estaban en la preparatoria, Strassberg encontró que "un número sustancial" envía o recibe imágenes con contenido explícitamente sexual desde su teléfono móvil, aparentemente sin un claro entendimiento "de las serias consecuencias" de esa práctica ni de que, el compartir esas fotografías "ellos mismos quedan en peligro".

En números concretos, casi el 20 por ciento de los estudiantes encuestados indicó que envió a otra persona una foto de sí mismo sin ropas y un 38 por ciento afirmó que recibió ese tipo de imágenes. Además, casi el 20 por ciento de quienes recibieron las fotografías luego las reenviaron.

Strassberg también detectó que las muchachas envían más imágenes abiertamente sexuales que los muchachos y, como contrapartida, los muchachos reciben más imágenes que las muchachas. En el caso de los reenvíos, los porcentajes son prácticamente iguales.

La conclusión, sostuvo el investigador de Utah, es que "la prevalencia del "sexting" entre los adolescentes y los números (de adolescentes que lo practican) son considerables.

Para Strassberg, el intercambio de esas imágenes se puede interpretar como una forma de coqueteo y "la tecnología hace que sea más fácil (compartir las imágenes)", pero también hace que las personas resulten "más vulnerables al uso inadecuado (de las imágenes)".

"Uno pierde el control de esa imagen en el mismo momento que uno la envía", puntualizó Strassberg.

Las posibles consecuencias no deseadas de esta actividad incluyen resultar avergonzado o humillado, recibir propuestas sexuales, ser objeto de chantaje e incluso, aunque poco común, ser acusado de tráfico de pornografía infantil debido a la edad de los involucrados.

"Todos los padres deberían hablar con sus hijos sobre la seguridad en internet de la misma manera que hablan sobre drogas, alcohol o sexo", sugirió Strassberg.

Pero además de la influencia de los padres, otro factor que parece reducir la práctica del "sexting" es la religión.

Los estudiantes encuestados debieron indicar cuán importante era la religión en sus vidas, desde "muy importante" hasta "absolutamente sin importancia".

Los jóvenes que calificaron a la religión como "muy importante" fueron a la vez los menos propensos a enviar imágenes comprometedoras e incluso a recibirlas, a pesar de tener menor control sobre la recepción de los mensajes que sobre su envío.

Esa correlación es especialmente importante en un estado como Utah, en donde el 62 por ciento de los 2,9 millones de residentes pertenecen a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) y podría ser igualmente significativo para la comunidad hispana, ya que casi la mitad (47 por ciento) de los católicos menores de 40 años son latinos, aunque esa posibilidad será analizada en el próximo estudio de Strassberg.

Las investigaciones más recientes ya incluyeron un alto componente de diversidad, ya que la cuarta parte de los participantes no reside en Utah y el 7 por ciento no vive en Estados Unidos.

Además de la diversidad geográfica, también se tuvo en cuenta la diversidad del nivel socioeconómico de los estudiantes.

La conclusión, según Strassberg, es clara: "el Sexting dista mucho de ser una rara ocurrencia".

"Esta conducta continúa a pesar de las potenciales consecuencias serias que pueden surgir cuando algo sale mal con sexting", concluyó.