WASHINGTON. La entrevista de Hillary Clinton con el FBI el sábado podría indicar que el Departamento de Justicia de Estados Unidos estaría cerca de concluir su investigación de un año de duración sobre el uso de un servidor privado para enviar correos electrónicos durante su etapa como secretaria de Estado.

La polémica ha pesado sobre su campaña para convertirse en la candidata demócrata a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca y ha ofrecido un ángulo de ataque al que seguramente será su rival en las generales de noviembre, el republicano Donald Trump, y a otros críticos.

Clinton, la virtual candidata presidencial demócrata, se sometió voluntariamente a un interrogatorio informal durante tres horas y media en las oficinas centrales del FBI en Washington, señaló su equipo de campaña. Voceros del FBI y el Departamento de Justicia declinaron realizar comentarios.

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Clinton dijo al programa "Meet the Press" de la televisora NBC que desconoce los plazos de la investigación. No comentó si los funcionarios le dieron una indicación de que no se presentarían cargos en su contra.

"Ella está complacida de haber tenido la oportunidad de ayudar al Departamento de Justicia a fin concluir con esta pesquisa", dijo el portavoz de Clinton, Nick Merril. "Por respeto al proceso de investigación, ella no hará más declaraciones sobre la entrevista".

Para Clinton, la entrevista con el FBI es indicio de que se acerca a su final la investigación que ya lleva un año de duración del Departamento de Justicia cuando faltan sólo cuatro semanas para que ella sea declarada formalmente la candidata presidencial demócrata con vistas a suceder al mandatario Barack Obama.

El interrogatorio informal del FBI a Clinton era previsible y deja entrever que ni ella, ni nadie más, enfrentarán juicio por el asunto de los emails.

Si Clinton y sus colaboradores son exonerados, serviría para que dejen a un lado una distracción importante durante la campaña política que ha propiciado que muchos electores duden en confiar en la exfuncionaria.

Sin embargo, como se demostró la semana pasada, el caso es complicado.

Clinton conversó con el FBI apenas días después de que su esposo, el expresidente Bill Clinton, sostuviera una reunión improvisada con la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, y el esposo de ésta en el aeropuerto de Phoenix.

La máxima fiscal de la nación después lamentó su reunión con el exmandatario, cuyo avión se disponía a despegar de Phoenix, aun cuando ella dijo que tuvo carácter social y no mencionaron el asunto de la investigación sobre los emails.

Bill Clinton nombró a Lynch en 1999 fiscal federal del Distrito Este de Nueva York.

El virtual candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, ha dicho reiteradamente que el asunto de los correos electrónicos socava la aptitud de Clinton para la presidencia y dejó entrever que ella se beneficiará de la benevolencia de un gobierno demócrata. Trump llamó a su contrincante la "Deshonesta Hillary" y afirmó que no se puede tener confianza en ella en la Casa Blanca.

El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, dijo el sábado en un comunicado que la entrevista del FBI refuerza el "papel central de Clinton de crear deliberadamente una cultura en la que ella puso sus ambiciones políticas por encima de las normas del Departamento de Estado y puso en peligro la seguridad nacional.