El gobierno del presidente Donald Trump dijo el sábado que ha dado el primer paso del proceso regulatorio para prohibir los "bump stocks", accesorios que permiten convertir fusiles semiautomáticos en armas automáticas, lo que abre el escenario para prolongadas disputas judiciales con los fabricantes de armas mientras esos accesorios siguen en el mercado. 

Ya se esperaba la medida después de que el presidente Donald Trump ordenó al Departamento de Justicia preparar una prohibición a causa de la matanza a tiros de 17 personas ocurrida en febrero en una secundaria en Florida. Un dispositivo de ese tipo no fue utilizado en esa masacre, pero sí en la perpetrada en Las Vegas el año pasado y desde entonces el accesorio se ha convertido en un punto central en la controversia sobre el control de armas. 

La norma del Departamento de Justicia clasificaría el dispositivo como ametralladora, cuya posesión está prohibida por ley federal. La disposición de Trump podría revocar la decisión de 2010 del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF por sus siglas en inglés) de que como los aditamentos no son ametralladoras no podrían ser regulados a menos de que el Congreso enmendara la ley vigente de armas o aprobara otra. 

Revertir la evaluación previa del departamento podría ser considerado una admisión de que adolecía de fallas jurídicas, situación que los fabricantes podrían aprovechar en tribunales. Incluso si el gobierno de Trump avanza en la prohibición de los dispositivos, algunos funcionarios del ATF creen que carece de la autoridad para hacerlo. 

Pero cualquier esfuerzo del Congreso para crear nuevas leyes de control de armas necesitaría el apoyo de una mayoría de republicanos pro-armas. Una propuesta para prohibir el accesorio fracasó el año pasado, incluso pese a que legisladores manifestaron estar abiertos a la idea después de que casi 60 personas fueron masacradas en Las Vegas. 

Algunos estados han intentado aprobar sus propias restricciones debido a la inacción de los legisladores federales. 

Prohibir los accesorios que se colocan en la zona de la culata y la empuñadura de un fusil de asalto fue parte de una trascendental iniciativa de seguridad para las escuelas que el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, firmó el viernes pero contra la que la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) interpuso una demanda de inmediato. La NRA no contestó de inmediato a mensajes que se le dejó el sábado para comentar sobre el tema. 

Las exigencias para que se prohíban los aditamentos aumentaron después de la masacre en Las Vegas, y el Departamento de Justicia dijo en diciembre que revisará de nuevo si puede prohibirlos en la ley federal. Trump pidió a las autoridades agilizar la revisión, que suscitó más de 100,000 comentarios del público y la industria de las armas de fuego. Muchos de los comentarios provinieron de poseedores de armas, los cuales se ponen furiosos frente a cualquier intento de regular el accesorio, una medida que consideran una cuesta resbalosa que podría conducir a la prohibición total a la posesión de armas. 

La propuesta necesita aun la aprobación de la Oficina de Administración y Presupuesto.