Washington.- Hillary Rodham Clinton saltó nuevamente el domingo al ruedo de la política nacional al anunciar una muy esperada campaña por la Casa Blanca. "Los estadounidenses de a pie necesitan un líder. Yo quiere ser quien los defienda", dijo.

Como hizo en 2007, Clinton comenzó su campaña por la nominación demócrata de cara al 2016 con un vídeo. Pero en vez de seguirlo con un acto de campaña, planea dirigirse a Iowa y Nueva Hampshire, los estados que votan primero, con la meta de conectarse directamente con los electores en cafeterías, centros de cuidados infantiles y viviendas privadas.

"Ahora comenzaré a viajar para visitarlos y ganarme los votos. Espero que me acompañen", dijo Clinton al final de video, que muestra a hombres, mujeres y niños describiendo sus aspiraciones.

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Este enfoque dirigido directamente a los electores fue escogido a propósito, para mostrar que Clinton no da la nominación por descontado. Sólo después de aproximadamente un mes de este tipo de actividades, Clinton pronunciará un discurso amplio en que ofrezca más detalles sobre sus razones para postularse.

La ex secretaria de Estado, senador federal y primera dama entra en la campaña en una posición fuerte para reemplazar a su rival de 2008, el presidente Barack Obama.

Su mensaje se centrará en la seguridad económica de la clase media y ampliar las oportunidades para las familias trabajadoras. La campaña la presenta como una "líder tenaz" que puede conseguir resultados y trabajar con el Congreso, con las empresas y con los líderes mudiales.

La estrategia de Clinton, descrita antes del anuncio por dos altos asesores que pidieron no ser identificados, es similar al enfoque de Obama en 2012. Obama enmarcó su reelección como una opción entre demócratas centrados en la clase media y republicanos que trataban de proteger a los ricos y volver a las políticas que llevaron el país a la recesión.

Clinton enfrentará presión del ala progresista de su partido para adoptar un mensaje económico más populista centrado en la desigualdad en los ingresos. Algunos liberales siguen escépticos sobre los estrechos lazos de Clinton con donantes de Wall Street y las políticas económicas centristas de la administración de su esposo. Y la han exhortado a respaldar normas financieras más estrictas y aumentar los impuestos a los ricos.