Nueva York. Un hombre que conducía una camioneta rentada arremetió el martes contra las personas que circulaban por una ciclovía ubicada cerca del monumento del World Trade Center, matando a por lo menos ocho de ellas y dejando a 11 heridos, en lo que el alcalde de la ciudad calificó como “un acto terrorista particularmente cobarde”. 

El conductor fue baleado en el abdomen por la policía después de salir del vehículo empuñando lo que resultaron ser pistolas falsas en cada mano y gritar “Allahu akbar” -la frase en árabe para “Dios es grande”-, de acuerdo a las autoridades. El sospechoso fue detenido y no se reveló de inmediato su estado de salud. 

Dos funcionarios del orden que no estaban autorizados a discutir la investigación y hablaron bajo condición de anonimato, identificaron al atacante como Sayfullo Saipov, de 29 años. Tiene licencia de conducir de Florida pero podría haber estado viviendo en Nueva Jersey. No dieron más detalles. 

Sayfullo Saipov. (Vía ABC News)
Sayfullo Saipov. (Vía ABC News)

El vehículo avanzó por la ciclovía por una distancia equivalente a 14 manzanas (8 décimas de milla o 1,280 metros), antes de chocar contra un pequeño autobús escolar. 

El ataque generó pánico en el vecindario, donde la gente gritaba aterrorizada y el sendero quedó regado de bicicletas destruidas y cuerpos que fueron rápidamente cubiertos con sábanas. 

“Vi mucha sangre. Mucha gente en el suelo”, dijo Chen Yi, un conductor de Uber. 

Eugene Duffy, de 43 años, una chef en un restaurante junto al río, dijo que “muchos policías llegaron y no sabían lo que estaba ocurriendo. Las personas gritaban”. 

El ataque provocó el cierre de calles en el extremo occidental de Manhattan, a lo largo del Río Hudson, y varios agentes uniformados se apresuraron al lugar mientras las personas se alistaban para las festividades de Halloween, incluyendo el desfile anual por Greenwich Village. 

“Este fue un acto terrorista, y un acto terrorista particularmente cobarde dirigido contra personas inocentes, dirigido a personas que se dedican a sus vidas y que no tenían idea de lo que les iba a suceder”, dijo el alcalde Bill de Blasio. 

El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo dijo que se trató de un ataque de un “lobo solitario” y que no había evidencia que indicara que era parte de un complot. 

Un agente del orden público que no estaba autorizado para hablar sobre el caso públicamente y lo hizo bajo condición de anonimato dijo que un testigo contó a la policía que el atacante gritó “Allahu akbar” _Dios es grande_ cuando se bajó de la camioneta. 

Cuando le preguntaron sobre eso, el comisario de la policía de la ciudad de Nueva York James O’Neil contestó: “Sí, hizo una declaración cuando salió del vehículo”. O’Neil indicó que lo dicho por el agresor y el método en el que realizó el ataque condujeron a la policía a concluir que se trataba de un acto terrorista. 

En Twitter, el presidente Donald Trump publicó que “otro ataque hecho por una persona enferma y trastornada” y afirmó: “no en Estados Unidos de América”. 

Diversas ciudades de todo el mundo han estado en alerta por ataques extremistas en los que se utilizan vehículos para arremeter contra peatones. El grupo Estado Islámico ha alentado a sus seguidores a atropellar personas y se han registrado atentados letales de este tipo en Gran Bretaña, Francia y Alemania en los últimos meses y años. 

La policía señaló que el vehículo, una camioneta alquilada de Home Depot, ingresó a la ciclovía en West Street alrededor de las 3:00 p.m., a unas cuadras del nuevo World Trade Center -sitio del ataque terrorista más letal en la historia de Estados Unidos- y atropelló a varias personas. El vehículo giró hacia Chambers Street y chocó con un pequeño autobús escolar, causando lesiones a dos adultos y dos niños. 

Además de los fallecidos, había 11 personas heridas de gravedad, dijo la policía, que agregó que había una pistola de bolas de pintura y otra de balines en el lugar de los hechos. 

Se podían ver al menos dos cuerpos tendidos y cubiertos con lonas sobre la ciclovía, y la parte frontal de la camioneta estaba chocada. 

Tom Gay, fotógrafo escolar, estaba en Warren Street y escuchó a varias personas diciendo que había un accidente. Caminó hacia West Street y una mujer dio vuelta en la esquina gritando: “¡Tiene un arma! ¡Tiene un arma!”. 

Gay dijo que asomó la cabeza en la esquina y vio a un hombre delgado con atuendo deportivo azul corriendo hacia el sur sobre West Street sosteniendo una pistola. Relató que había un hombre robusto persiguiéndolo. 

Señaló que escuchó cinco o seis disparos y que el hombre de atuendo deportivo cayó al suelo con el arma aún levantada, posteriormente un hombre se acercó y pateó la pistola.