Un ángel engendrado en el mismísimo infierno.

El sádico secuestrador Ariel Castro es el padre de Jocelyn, la hija de Amanda Berry, una de las tres jóvenes que mantuvo secuestradas durante una década en Cleveland, Ohio.

La Oficina del Fiscal General del estado indicó que las pruebas de ADN realizadas tanto a Castro como a la niña, que tiene ahora seis años de edad, confirman la paternidad.

En lo que parece ser uno de los más estremecedores episodios de esta inconcebible pesadilla, el nacimiento de la pequeña Jocelyn ocurrió bajo la cruel intimidación de parte de Castro, nada menos que en una incómoda piscina plástica infantil –porque sería más fácil de limpiar–, y asistido por Michelle Knight, otra de las cautivas, a quien Castro amenazó de muerte si la criatura no sobrevivía.

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Knight relató más adelante que tuvo que darle respiración boca a boca para revivir a la bebé cuando esta dejó de respirar a pocos minutos de nacer –salvando así la vida de Jocelyn y la suya propia–.

Según reveló esta, Castro la embarazó en al menos cinco ocasiones durante su encierro y este la hizo abortar todas las veces negándole alimento por semanas y dándole violentos puñetazos en el estómago.

Por otra parte, las tres mujeres dijeron que Castro las mantenía encadenadas en el sótano, pero que más adelante las dejó vivir en el segundo piso. Las tres dieron versiones similares de que fueron secuestradas después de aceptar pon en su automóvil.

Amanda Berry agregó que ninguna de las tres mujeres –ni su hijita– vio a un médico durante todos esos años en cautiverio.

La muñeca del terror

Otro de los aspectos más oscuros de este drama incluye un torso de tez oscura y cabello rubio cenizo que Ariel Castro paseaba en el asiento del pasajero de su auto para amedrentar a grandes y chicos. Se trataba de la parte superior de un maniquí con peluca y ojos redondos con el que Castro asustaba a sus sobrinos amenazándolos con encerrarlos en un cuarto con la espeluznante muñeca si se portaban mal.

Del mismo modo provocó el miedo en su compañera consensual Grimilda Figueroa cuando llegó a la casa un día y el hombre, repentinamente, sacó a la muñeca, causando que Figueroa cayera de espalda al pavimento por el susto y se golpeara la cabeza.

Una relación de maltrato

Familiares de la compañera consensual de Ariel Castro cuentan que este aterrorizaba a la madre de sus hijos encerrándola, golpeándola y torturándola psicológicamente antes de que su relación se desintegrase.

Varios familiares de Figueroa, quien abandonó a Castro hace años y murió en 2012 después de una prolongada enfermedad, describieron al individuo como “un monstruo” que la golpeaba salvajemente, la arrojó desde la parte superior de unas escaleras, le fracturó la nariz y le dislocó un hombro, entre otras lesiones.

Su hermana, Élida Caraballo, dijo que Castro una vez empujó a su mujer dentro de una caja de cartón y cerró las tapas.

“Le dijo: ‘¡Te quedas ahí hasta que yo te diga!’”, recordó la hermana, que lloraba al recordar el tormento.

De cara a la justicia

El fiscal del condado de Cuyahoga, Timothy McGinty, dijo que su oficina decidirá si presentará cargos por asesinato con agravantes, castigable con pena de muerte, en conexión con los abortos provocados por medio de violencia.

McGinty dijo que Castro será acusado por cada acto de violencia sexual, agresión y otros delitos cometidos contra las mujeres, insinuando que los cargos podrían ascender a cientos, sino a miles.

Castro, de 52 años, está detenido bajo fianza de $8,000,000, acusado de secuestro y violación. Se le vigila ante la posibilidad de que se suicide.

Este fue arrestado el lunes cuando Amanda Berry logró escapar de la casa y llamó a la policía. Los agentes hallaron a las otras dos cautivas.

Gina de Jesús, Amanda Berry y Michelle Knight desaparecieron en incidentes separados entre 2002 y 2004, cuando tenían 14, 16 y 20 años, respectivamente.