Mientras en la Isla se evalúa la posibilidad de incrementar a $250 las multas por  textear y hablar por el teléfono celular al manejar un vehículo de motor, en otros territorios estudios han demostrado que esta peligrosa práctica se ha reducido considerablemente entre los jóvenes. 

En Cánada, por ejemplo, un estudio realizado por el profesor Sean Tucker de la Universidad de Regina reflejó que entre el 2012 y 2015 hubo una reducción de un 21% entre los adolescentes que admitieron textear o hablar por teléfono mientras conducían sin tomar las debidas medidas de seguridad. 

Durante la primera fase del estudio, realizada entre el 2012-2013,  el 27% de los jóvenes dijeron que  “a veces o casi siempre” texteaban mientras conducían. En la segunda etapa, 2014-2015, la cifra se redujo a solo un seis por ciento. 

El catedrático explicó que realizó la investigación luego de percatarse que los estudiantes se paseaban por los pasillos del recinto con los ojos pegados a las pantallas de sus teléfonos inteligentes.  “Es peligroso para ellos  textear mientras caminan, pero las consecuencias son aún mayores cuando están detrás del volante”, sostuvo. 

Aquí, la Cámara aprobó un proyecto de ley  que está pendiente en el Senado, el cual incrementa de $50 a $250 la multa por textear y hablar por teléfono al conducir. El alza se da luego de un análisis que ha demostrado que la imposición de multas por la suma de $50 no ha logrado disuadir a los conductores a incurrir en estas prácticas. 

Según  cifras ofrecidas por numerosos estudios,  utilizar una unidad celular mientras se conduce aumenta en un 40% las probabilidades de provocar un accidente de tránsito.