SAN DIEGO — Detalles del lucrativo y creciente contrabando internacional de pepinos de mar fueron expuestos por un caso, en el que se acusa a una empresa de traficar toneladas de estos animales, con un valor de más de 17 millones de dólares. 

El caso involucra a David Mayorquín y su padre, Ramón Torres Mayorquín, acusados de comprar los animales atrapados ilegalmente por pescadores furtivos en la península de Yucatán, en México. Padre e hijo, que habían formado una sociedad, pagaban a los pescadores usando nombres falsos y mintieron sobre el peso y valor de su cargamento al momento de la inspección en el cruce fronterizo de Otay Mesa, en San Diego. 

De San Diego, ellos presuntamente enviaron el producto a Taiwán y otras partes de Asia, donde los pepinos de mar son considerados un manjar, de valor medicinal y afrodisiacos. 

Los inspectores fronterizos han notado que el contrabando de pepinos de mar de México a Estados Unidos existe desde hace muchos años, pero los cargos son impresionantes por el cargamento de varias toneladas que se ha descrito. 

Las autoridades dicen que los pepinos de mar se venden por entre 300 y 500 dólares por kilo en Asia, lo cual explica el interés de los pescadores furtivos y contrabandistas.