NUEVA YORK.- La neoyorquina Wendy Peace deja escapar una lágrima mientras acelera el tejido del gorro rosado que decenas de miles vestirá este sábado en la Marcha de las Mujeres, en Washington. 

"Es mucho más que un símbolo contra Donald Trump, es un símbolo de nuestra unidad", "un llamado a la acción" en defensa de nuestras conquistas, asegura. 

Como Peace, miles de mujeres estadounidenses tejen a contrarreloj por todo el país en una improvisada hermandad que ya ha producido más de 60,000 sombreros de lana rosada para la gran marcha prevista en Washington, al día siguiente de la investidura del republicano Donald Trump. 

Relacionadas

Todo empezó cuando dos tejedoras de California llamaron en internet a confeccionar sombreros con orejas de gato para hacer "una declaración visual colectiva y única" en la marcha. La respuesta fue masiva. Los sombreros o "pussy hats", como se les llama en inglés, es un juego de palabras ya que "pussy" puede significar gatito una manera peyorativa para referirse a los genitales femeninos. Palabra que, por cierto, fue utilizada por el Presidente electo al en un audio de 2005, filtrado en la campaña electoral. 

La organización del denominado "PussyHatProject", liderada por Krista Suh y Jayna Zweiman, dijo haber recibido ya más de 60,000 sombreros para la marcha, en la que participarán estrellas como Katy Perry, Julianne Moore, Cher y Scarlett Johansson. Y hay miles más en camino. 

La unidad femenina "Esperamos un mar de gorros rosados" en la protesta en Washington y también en las marchas que se celebrarán en muchas otras ciudades del país, incluida Nueva York, dice Maxine Levinson. 

"Tejer es una manera de aliviar la ansiedad, la rabia, te ofrece una conexión con tu comunidad, es muy terapéutico", explica esta mujer de 68 años que ya tejió 15 sombreros. Para Levinson, el sombrero no es un símbolo contra Trump, sino que pretende "decirle al gobierno que no pueden quitarnos los derechos que ya tenemos".

 "Y no solo queremos lo que tenemos, hay que luchar por más. Aún no tenemos igualdad en los salarios, y queremos cobertura de salud, no queremos que el gobierno nos diga qué hacer con nuestros cuerpos, queremos derechos para los inmigrantes, queremos el derecho al sufragio", enumera. 

Las organizadoras especifican el diseño del sombrero y el tipo de material a utilizar, como una lana fucsia de la empresa familiar uruguaya Malabrigo que se ha agotado. 

Pero la creatividad explota, como demuestran en las redes sociales muchas tejedoras que cuelgan sus nuevos diseños, con sombreros en matices que van del rosa té al violáceo, mezclado a veces con negro. 

Cecile Helgesen, de 49 años, teje sombreros junto a su hija Scarlett, de 10. Ambas asistirán a la gran marcha de Washington. "Para mí es importante que Scarlett sepa que hay muchas mujeres que la apoyarán a ella, a mí, a su abuela, que juntas, en grupo, somos mucho más que un solo hombre", dice Helgesen. 

Tejer "te enseña a relajarte, a hacer algo por ti misma, a tener resistencia e independencia. Son habilidades que Scarlett necesitará en estos cuatro años, o Dios nos libre, en los próximos ocho", concluye. 

WOW ?? Um, good morning! We woke up and there were #pussyhats on @theviewabc! Photo by @the_lemonade_shop

A photo posted by Pussyhat Project (@p_ssyhatproject) on

@coletteraptosh reppin, #pussyhat style ?????? ??

A photo posted by Pussyhat Project (@p_ssyhatproject) on

We cannot resist a tiny cat! Meow! ???? photo by @onceuponadcist

A photo posted by Pussyhat Project (@p_ssyhatproject) on

We love #jessicajones, but we love @therealkrystenritter in a #pussyhat even more! ????

A photo posted by Pussyhat Project (@p_ssyhatproject) on