Washington.- Decepción. Enojo. Sumamente injusto.

Así es como algunas familias que perdieron a seres queridos en la masacre de diciembre en una escuela primaria de Connecticut vieron la decisión del Senado de rechazar una ley de control de armas, la de mayor alcance elaborada en dos décadas, y también prometieron seguir buscando medidas para evitar la violencia armada.

Neil Heslin, Erica Lafferty y Carlee Soto fueron algunos de los familiares de víctimas de Newtown que pasaron una semana en la sede del Congreso describiendo cómo sus seres queridos murieron en la primaria Sandy Hook el 14 de diciembre. Pero sus historias de horror y heroísmo no igualaron una amenaza de la Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA, por sus siglas en inglés), la preocupación de los republicanos y una pequeña banda de demócratas de estados rurales.

Lafferty, cuya madre, la directora de la escuela Dawn Hochsprung, intentó desarmar al agresor para evitar que disparara su fusil de asalto, se dijo "honestamente disgustada de que hubo tantos senadores que no estén haciendo nada sobre el hecho de que mi mamá fue abatida en su primaria, junto con otras cinco maestras y 20 niños de entre seis y siete años".

El Senado rechazó el miércoles una serie de iniciativas para el control de armas que hubiera endurecido la verificación de antecedentes de compradores, prohibido los fusiles de asalto y los cargadores de gran capacidad, además de disminuir las restricciones para portar armas ocultas y poder cruzar fronteras estatales, la más reciente medida apoyada por la NRA.

Horas después de la votación, la ex legisladora Gabrielle Giffords acusó de "cobardes" a los senadores que se opusieron a las medidas. Giffords fue una de las 13 personas que resultó herida hace dos años cuando un hombre abrió fuego durante una reunión de ella con sus electores en Tucson, Arizona, donde también murieron seis personas.

El domingo en el programa "Face the Nation", de CBS, el moderador Bob Schieffer le preguntó a Heslin, Lafferty y Soto si las palabras "cobardía" y "cobardes" eran apropiadas para describir la votación del miércoles. "Así lo creo", dijo Heslin, cuyo hijo de seis años Neil Lewis murió en Sandy Hook.