WASHINGTON — Es normal que cuando alguien se brinca la reja de la Casa Blanca movilice a los agentes del Servicio Secreto que vigilan los terrenos.

Sin embargo, el jueves en la noche, un niñito que se metió entre los barrotes atrajo la mirada de los agentes armados que protegen al presidente.

Edwin Donovan, vocero del Servicio Secreto, informó que el niño fue regresado con sus padres. Ni el niño ni sus padres fueron identificados.

Donovan dijo en broma que los agentes iban a esperar a que aprendiera a hablar para interrogarlo sobre el incidente y luego comentó que nada más le dieron un "tiempo fuera" y lo regresaron con sus papás.

Resultó ser un día particular para el Servicio Secreto. El jueves temprano, la caravana del presidente Barack Obama avanzó a un paso inusualmente lento y luego debieron detenerse por completo en una importante autopista interestatal mientras el mandatario viajaba hacia y desde Fort Belvoir, en el norte de Virginia, para promulgar la ley de salud para excombatientes.

Donovan dijo que cuestiones mecánicas con los automóviles de la caravana causaron ambas escalas.