Nueva York.- La Junta de Salud de Nueva York abrió hoy un nuevo frente experimental contra la obesidad con una norma que prohíbe la venta de gaseosas de gran tamaño y otras bebidas azucaradas en restaurantes, puestos en concesiones y otros locales de comidas.

La regulación, propuesta hace pocos meses por el alcalde Michael Bloomberg y aprobada por un panel de expertos en salud después de varios meses de revisión, impone un límite de 16 onzas para vasos y botellas de gaseosas no dietéticas, tés azucarados y otras bebidas de muchas calorías.

La prohibición se aplicará en locales de comidas rápidas, cines y teatros de Broadway, cafeterías en lugares de trabajo y la mayoría de los lugares donde vendan alimentos preparados. No abarca las bebidas vendidas en supermercados o almacenes.

Los sectores de restaurantes y de bebidas han criticado el plan. Dicen que los expertos en salud de la ciudad exageran el papel que las bebidas azucaradas han tenido para engordar a la población.

Un miembro de la junta, el doctor Sixto Caro, se abstuvo de votar. Los otros ocho miembros de la junta votaron a favor.

"Sigo escéptico. Esto no es suficientemente amplio", dijo Caro, especialista en medicina interna con consultorios en Brooklyn y Manhattan.

Algunos neoyorquinos han ridiculizado la medida como una intrusión del gobierno y decenas de miles de personas firmaron una petición, distribuida por la industria, para manifestar su oposición.

La regulación sin precedentes seguiría a otras medidas ambiciosas sobre la salud por parte de la municipalidad.

Algunas medidas han sentado precedente, como la que pide a las cadenas de restaurantes indicar de manera prominente en sus menús la cuenta de calorías: McDonald's anunció el miércoles que empezará a exhibir esa información a nivel nacional la semana próxima, antes de un requisito federal que podría obligar a todas las cadenas grandes a hacerlo el año próximo.

Después de la votación del jueves, el Twitter oficial de Bloomberg dijo: "La nueva política sobre bebidas azucaradas de la ciudad de Nueva York es el mayor paso que cualquier gobierno haya tomado para controlar la obesidad. Ayudará a salvar vidas".