Nueva York.- Más de un millón de personas recibió a lo grande el nuevo año en la mítica plaza neoyorquina de Times Square, donde ni el frío ni las estrictas medidas de seguridad fueron un obstáculo para la alegría y el jolgorio.

La famosa bola luminosa bajó, como manda la tradición, por el poste situado en lo alto del edificio número uno de Times Square, cuando el alcalde, Michael Bloomberg, accionó el dispositivo acompañado de las Rockettes, las bailarinas del famoso Radio City Music Hall.

Mientras tanto, los asistentes entonaban a voz en grito la cuenta atrás para celebrar la llegada de 2013, que fue recibido con una lluvia de confetis y gritos de celebración, seguido de la canción por excelencia para este momento en EEUU: "Auld lang syne", y de otro tema simbólico: "New York, New York".

Como acompañamiento, el Empire State Building, el rascacielos que simboliza la ciudad, comenzó a iluminarse de colores navideños.

La celebración, una de las más famosas y multitudinarias entre los festejos de año nuevo de todo el mundo, estuvo protagonizada por un concierto de varios artistas, con la estadounidense Taylor Swift y el surcoreano Psy como figuras más destacadas.


Equipados con las típicas coronas de la Estatua de la Libertad con la cifra del nuevo año que se han hecho populares últimamente, así como gorros, gafas, pitos y bufandas de colores, los asistentes, procedentes de todo el mundo, cantaron, gritaron y lanzaron al aire confetis, globos y dulces.

En un marco de edificios cubiertos de anuncios publicitarios luminosos, la bola de Times Square, de más de cinco toneladas de peso e iluminada en esta ocasión por 32.253 bombillas LED, bajó por un poste de 40 metros de altura.

Este año, con 2,688 triángulos de cristal diseñados por la firma irlandesa Waterford Crystal, la bola incorpora un nuevo diseño llamado "Let There Be Peace" ("Que haya paz") compuesto por una paloma de la paz con las alas desplegadas como símbolo de paz.

El número "13" de la bola está formado por trece multiculturales amuletos de la buena suerte para compensar los malos presagios que envuelven a este número.

Decenas de millares de personas se habían congregado ya seis horas antes de la medianoche en la simbólica plaza a pesar del frío, con temperaturas que rayaban los cero grados centígrados pero caen por debajo si se tenía en cuenta el factor viento.

Las autoridades habían puesto en marcha un importante dispositivo de seguridad mediante estrictos controles con detectores de explosivos y radiactividad en cada una de las 16 entradas habilitadas para acceder a Times Square, a donde no se pudo entrar con mochilas o bebidas alcohólicas.

Un total de 500 cámaras y varios helicópteros controlaron la zona de Times Square, y además estaban listos grupos especiales de la policía antiterrorista o para afrontar alarmas biológicas o químicas.

Sin embargo, durante las más de seis horas de fiesta no hubo problemas de importancia.

Además de en persona y por televisión, la fiesta se pudo seguir en directo por internet y por aplicaciones de telefonía móvil.