"Tengo la intención de cumplir con mi obligación constitucional y nominar un sucesor en el tiempo adecuado. Habrá mucho tiempo para que yo haga eso y para que el Senado cumpla con su responsabilidad", dijo hoy el mandatario desde la localidad de Rancho Mirage (California, EE.UU.).

"Estas son responsabilidades que tomo muy seriamente, como estoy seguro que todo el mundo. Son responsabilidades más grandes que cualquier partido", añadió el mandatario en respuesta a las amenazas de veto de los republicanos del Senado, cámara encargada de confirmar al sustituto que proponga Obama.

Designado para el Tribunal Supremo en 1986 por el entonces presidente, Ronald Reagan, el juez Antonin Scalia fue hallado muerto, aparentemente por causas naturales, esta mañana en su residencia privada del oeste de Texas, según el Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos.

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Con la bandera estadounidense izada a media asta en el Tribunal Supremo, la muerte de Scalia abrió automáticamente la batalla para elegir a su sucesor, que debe ser nominado por el presidente del país, pero necesita obtener la confirmación del Senado.

El líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, amenazó con vetar a cualquier sustituto que proponga Obama al considerar que el próximo presidente debe elegir al nuevo juez, y por tanto, el asiento de Scalia debe permanecer vacío hasta que el mandatario deje la Casa Blanca, dentro de 11 meses.

"Los estadounidenses deben tener una voz en la selección del nuevo juez", determinó McConnell en un comunicado.

Frente a él, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, consideró que Obama debe de enviar al Senado un candidato de forma "inmediata" y resaltó que "no tendría precedentes en la Historia reciente que el Tribunal Supremo estuviera un año con plazas vacantes".

La oposición de los republicanos del Senado a nombrar a un sustituto recibió el apoyo de algunos aspirantes a la nominación presidencial republicana como el senador Ted Cruz, quien consideró a Scalia un "héroe" y dijo que "el Senado debe de asegurarse de que el próximo presidente nombre a su sustituto".

Opuesta a esta idea se mostró la aspirante presidencial demócrata Hillary Clinton, quien afirmó en un comunicado que "los republicanos del Senado y de la campaña presidencial que llaman a que el sitio del juez Scalia quede libre están deshonrando la Constitución".

El Tribunal Supremo de EE.UU. debe estar formado por nueve jueces, con cargos vitalicios, y hasta ahora había cinco conservadores y cuatro progresistas, por lo que un nuevo nombramiento de Obama -ya designó a dos juezas- podría inclinar la balanza a favor de los progresistas, según algunos analistas.

El nombramiento de un nuevo juez, con el poder de moldear las leyes de EE.UU., llega en un momento crucial para el país, inmerso en un competitivo proceso de primarias para nombrar al aspirante demócrata y republicano que competirá por la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre de este año.