La ley de atención médica pública promulgada por el entonces presidente Barack Obama sobrevivió una vez más a los intentos de los legisladores republicanos por reformarla, pero todavía necesita algunos remiendos. 

La Ley de Cuidado de Salud Asequible se mantuvo intacta por ahora, pero necesita ayuda y la necesita pronto. 

Los altos precios y el menor número de opciones son algunos de los problemas con los que se toparán los estadounidenses cuando regresen a los mercados de seguros de gastos médicos durante el otoño, en parte porque las aseguradoras están enfrentando una profunda incertidumbre sobre si el gobierno de Donald Trump seguirá autorizando subsidios cruciales y hará cumplir otras partes de la ley existente a fin de ayudar a controlar los precios. 

Relacionadas

No hay garantías a la vista pronto. "Como dije desde el principio, dejemos que ObamaCare implosione, negociemos después. ¡Miren!", tuiteó el presidente Trump el viernes temprano, poco después de que el Senado rechazara el intento más reciente de revocar gran parte de la ley de cuidado de salud promulgada por Obama, conocida como Obamacare. 

El secretario de Salud Tom Price dijo en un comunicado después de la votación en el Senado que el gobierno de Trump seguirá sus metas de atención médica a través de la regulación. 

Ese tipo de incertidumbre confunde a las aseguradoras, muchas de las cuales ya han dejado de vender pólizas a través de los mercados públicos de seguros establecidos por la ley de salud porque estaban perdiendo dinero. 

Su principal preocupación ahora es que el gobierno de Trump deje de pagar los subsidios fundamentales requeridos en la ley que ayudan a reducir los costos, como los deducibles para las personas con bajos ingresos. 

Los subsidios, calculados en $7,000 millones  al año, han sido impugnados por los republicanos en los tribunales y Trump apenas los ha garantizado durante este mes. Si el gobierno deja de pagarlos, las aseguradoras tendrán que aumentar los precios de sus coberturas, conocidas como primas, porque por ley deben seguir ofreciendo los mismos deducibles reducidos para sus clientes de bajos ingresos. 

La analista Ana Gupte, de la firma Leerink, analizó varios estados y dijo que las aseguradoras están pidiendo alzas en las primas de alrededor del 36% en caso de que los subsidios desaparezcan, en comparación del 18% si se mantienen. 

Las personas con bajos ingresos podrían estar protegidas de estas alzas en parte debido a que la ley provee créditos fiscales que cubren gran parte de la prima, pero quienes ganan demasiado para beneficiarse de esa ayuda -y que tienden a votar por los republicanos- podrían sufrir graves perjuicios, subrayó el consultor de salud Robert Laszewski, un exejecutivo de seguros. 

El gobierno de "Trump lastimará a los suyos", agregó Laszewski. 

Por supuesto, todos los ciudadanos se verán afectados si las aseguradoras abandonan los mercados, opinó la economista de salud del Urban Institute Linda Blumberg. “Entonces no habrá ningún lugar donde pueda usar su subsidio”, añadió. 

La aseguradora Anthem de Blue Cross-Blue Shield ya se ha retirado de los mercados de Ohio, Wisconsin e Indiana. El director de la empresa, Joseph Swedish dijo el miércoles que la compañía podría retirarse de más mercados si no consigue "rápidamente" la certeza del futuro de los subsidios.