Un juez federal de EE.UU. ordenó hoy el traslado de Paul Manafort, el exjefe de campaña de Donald Trump, a una cárcel que esté más cerca de su defensa, mientras se prepara para uno de los dos juicios que afronta en el marco de la investigación de la trama rusa.

El magistrado Thomas Selby Ellis III del Distrito Este de Virginia emitió la orden, en la que pide el traspaso de Manafort de la prisión de Warsaw a la de Alexandria, ambas en el estado de Virginia, pero esta última más próxima a Washington.

Será en un tribunal de Alexandria, donde empezará el primer juicio contra Manafort, el próximo día 25 de julio.

La decisión, argumentó Ellis, busca garantizar que el acusado tenga acceso a sus asesores y pueda preparar adecuadamente su defensa.

El dictamen del juez es fruto de una apelación del equipo del exjefe de campaña de Trump, que criticó la lejanía de la cárcel de Warsaw, a dos horas de Washington, que supuestamente complicaba la coordinación con sus abogados.

Poco después de oficializarse el comunicado del juez, los letrados de Manafort registraron una moción pidiendo al magistrado anular el traslado y que su cliente permanezca en Warsaw, ya que, alegaron, una mudanza complicaría la situación por la necesidad de adaptación.

Fue la semana pasada cuando los abogados de Manafort reclamaron un cambio en las condiciones de arresto, a través de un escrito en el que también aseguraban que el imputado pasaba 23 horas diarias aislado en prisión.

Manafort fue enviado a la cárcel el 15 de junio tras haber intentado influir en las declaraciones de al menos dos testigos, lo que colmó la paciencia de la jueza, que mantenía el arresto domiciliario desde octubre, cuando se entregó al FBI.

Manafort encara en los próximos meses dos juicios ante dos cortes en las que se ha declarado no culpable: uno fijado para el 25 de julio en Virginia y otro que se iniciará el 17 de septiembre en Washington, dos meses antes de las elecciones legislativas.

El fiscal especial Robert Mueller investiga desde mayo de 2017 de manera independiente al Gobierno sobre los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Kremlin, al que las agencias de Inteligencia de EE.UU. acusan de interferir en los comicios presidenciales de 2016.

Manafort supuestamente trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), y para oligarcas rusos, a los que ayudó a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo al Gobierno de EE.UU., lo que constituye un crimen.

El proceso contra él es producto de la investigación de Mueller, pero no está relacionada directamente con las actividades que desempeñó entre junio y agosto de 2016 como jefe de la campaña del ahora mandatario.