WASHINGTON (AP) — El Servicio Postal de Estados Unidos reportó el martes una pérdida financiera por 11vo año consecutivo debido a una baja en el volumen de correo y pagos de seguro médico, aunque predijo otra sólida temporada navideña para la entrega de paquetes. 

La agencia pidió más libertad para subir los precios de las estampillas a fin de poder satisfacer la creciente demanda por paquetes comprados en internet. 

Sin ayuda, "nuestros resultados financieros continuarán deteriorándose y muy probablemente a una tasa acelerada”, dijo la directora general del Servicio Postal, Megan J. Brennan. "No podemos generar suficientes ingresos ni reducir suficientemente los costos para pagar nuestras cuentas". 

El servicio reportó una pérdida de 2.700 millones de dólares para el año fiscal que concluyó el 30 de septiembre. Eso fue mejor que la pérdida de 5.600 millones el año previo, pero se debió mayormente a fluctuaciones en las tasas de interés que redujeron los costos de las compensaciones a trabajadores. 

La pérdida del 2017 se produjo luego que un incremento de dos dígitos en la entrega de paquetes no fue suficiente para contrarrestar la caída en la entrega de cartas, que representa aún más de 70% de los ingresos totales. El volumen de correos cayó por aproximadamente 5.000 millones de cartas y cuentas, en momentos en que las personas cada vez más dependen del correo electrónico y pagan sus cuentas en internet. 

Los ingresos fueron de 69.600 millones de dólares, comparados con 71.500 el año previo. 

La Comisión reguladora Postal emitirá en las próximas semanas una decisión que podría dar al servicio más flexibilidad para elevar precios por encima de la tasa de inflación, lo que sería el mayor cambio en su sistema de precios en casi medio siglo. La comisión pudiera limitar cuánto pueden subir los precios, pero el costo de una estampilla pudiera subir considerablemente. 

El precio de la estampilla de primera clase, ahora 49 centavos, subirá un centavo a partir de enero, debido a la inflación. 

El Servicio Postal, una agencia independiente autofinanciada, trata de sanear sus finanzas en momentos en que planea invertir miles de millones en camiones para entregar paquetes más rápidamente a los hogares en el país.