Rachel Woetink y James Cassidy consideran a Rexi como parte de su familia. La golden retriever de un año es como una hija para esta pareja californiana y es por esto que han hecho de todo para poder ayudarla con su discapacidad. 

Rexi está con Rachel y James desde que era una cachorra, pero a los 10 meses comenzó a cojear. La pareja llevó a la perra a un veterinario, quien no halló nada extraño. Sin embargo, rápidamente su situación cambió: perdió por completo la fuerza en sus patas delanteras y éstas se le fueron hacia atrás. Por esto, la única forma que tiene para movilizarse es arrastrando su pecho por el suelo y empujándose con sus patas de atrás. 

"Uno de los veterinarios nos dijo: 'Quizás deberían pensar en amputarle sus patas o sacrificarla'. Ella es como familia para nosotros. No tenemos niños, y ella es como si lo fuera y la tratamos así", dijo James al canal ABC7. 

La golden retriever fue dignosticada con un problema neurológico, y Rachel y James han intentado de todo para ayudarla. Han usado un arnés para levantarla y que así pueda caminar y correr, y también la han puesto sobre una silla de ruedas, pero esto no ha dado resultado. 

Por esto, ahora están buscando una solución más definitiva, para lo cual iniciaron una campaña en Go Fund Me, con la esperanza de recolectar los fondos necesarios para ayudarla. Su meta es reunir 20 mil dólares, de los cuales ya llevan unos 17 mil. 

"Obviamente, cualquier solución será muy costosa, pero nuestro objetivo número uno es encontrar a un médico o especialista que la pueda operar para reparar sus patas (...) Nuestra segunda opción es conectarnos con un ingeniero o empresa, que quizás pueda diseñar un dispositivo o aparato personalizado para ayudarla a caminar, sin que tenga que raspar su pecho y cuello", explicó Cassidy. 

Mientras tanto, Rexi continúa con la energía y alegría que la caracterizan. "No fue su culpa nacer así, solo queremos ayudarla", concluyó la pareja.