Ferguson.- La policía y los manifestantes volvieron a chocar la noche del lunes en las calles de Ferguson un día después de que el gobernador de Misuri ordenó el despliegue de la Guardia Nacional para ayudar a restablecer la calma en el suburbio de San Luis donde un adolescente negro murió baleado por un agente de policía.

Los manifestantes salieron a las calles después del anochecer, y los agentes utilizaron megáfonos para ordenarles que se dispersaran. La policía desplegó artefactos de ruido aturdidor y disparó granadas de destellos y gas lacrimógeno. Las autoridades dijeron que arrojaron bombas incendiarias desde la multitud y les dispararon a los agentes.

La policía le dijo a los manifestantes que no se podían reunir en un solo lugar y debían mantenerse en movimiento. Después de que las calles estaban en gran medida despejadas, las autoridades ordenaron a los periodistas abandonar el lugar. Al menos tres periodistas fueron detenidos y después liberados.

La policía dijo que al menos dos personas resultaron heridas de bala y hubo 31 arrestados. Al menos cuatro agentes resultaron lesionados por rocas o botellas.

Controlar a la multitud siguió siendo responsabilidad de la policía, y la mayoría de las unidades de la Guardia Nacional que habían sido convocadas por el gobernador Jay Nixon mantuvieron su distancia de las protestas y protegieron un área de preparación policial.

Los enfrentamientos se produjeron al final de una jornada en la que patólogo contratado por la familia de Michael Brown, dijo que el cuerpo del adolescente desarmado presenta un orificio de bala en el brazo derecho que pudo haber ocurrido al levantar las manos o al estar de espaldas de quien le disparó.

Sin embargo, el patólogo dijo que el equipo que examinó el cadáver todavía no puede afirmar con seguridad cómo le fueron infligidas las heridas y consideró necesario tener más información.

Una autopsia independiente determinó que el joven de 18 años recibió por lo menos seis disparos, incluso dos en la cabeza, según los patólogos contratados y los abogados de la familia.

Testigos han dicho que Brown había levantado las manos cuando un agente le disparó en varias ocasiones el 9 de agosto en Ferguson.

En Washington, el presidente Barack Obama dijo que la gran mayoría de manifestantes en Ferguson han protestado pacíficamente, pero advirtió que una pequeña minoría socava la justicia.

Para superar la desconfianza endémica entre muchas comunidades y su policía local, es necesario que los estadounidenses "escuchen y no solamente griten", afirmó Obama durante la breve interrupción de sus vacaciones de verano.

El presidente también se manifestó públicamente por primera vez sobre la militarización de algunos departamentos locales de policía al afirmar que podría ser útil examinar cómo se han usado los donativos federales para permitir a la policía local la compra de equipo de corte militar.

El secretario de Justicia, Eric Holder, tiene previsto viajar esta semana a Ferguson para entrevistarse con el FBI y otras autoridades que efectúan una investigación federal independiente sobre la muerte de Brown.

El presidente dijo que manifestó al gobernador Nixon que desea garantizar que el uso de la Guardia Nacional tenga un alcance limitado.

Brown fue muerto por un policía el 9 de agosto en Ferguson, incidente que provocó una semana de protestas enérgicas en el suburbio de San Louis donde la policía, con equipo antimotines, apeló a gases lacrimógenos.

El patólogo forense Shawn Parcells, que asistió durante la autopsia privada al ex director forense de la Ciudad de Nueva York, el médico Michael Baden, dijo que una abrasión de bala en el brazo derecho de Brown pudo haber ocurrido de varias maneras. El joven pudo haber estado de espaldas a quien le disparó, o haber estado de frente con las manos sobre la cabeza, o en una posición defensiva con las manos cruzadas sobre el rostro o el pecho, dijo Parcells.

"Pero no sabemos", agregó. "Todavía tenemos que examinar otros (elementos) de esta investigación antes de que comencemos a armar las piezas", afirmó.

Uno de los médicos forenses más experimentados del ejército efectuó el lunes una tercera y última autopsia para el Departamento de Justicia, dijo Holder.

Asimismo el lunes, Nixon levantó el toque de queda que regía en el vecindario de la medianoche a las cinco de la mañana, dos días después de ponerlo en vigencia cuando declaró el estado de emergencia.

La muerte de Brown desencadenó tensiones raciales entre la comunidad de mayoría negra y el departamento de policía de Ferguson, mayormente blanco.