KISSIMMEE, Florida – Los familiares de Miguel Alicea, un joven comerciante que se mudó hace 11 años a esta ciudad, viven en una zona inundable de Puerto Rico en el pueblo de Toa Baja y, aunque ayer se albergaron en la casa de un pariente, el empresario aún teme por la seguridad de los suyos.

“Están en un lugar más seguro, pero ese huracán es peligroso”, dijo el propietario del negocio Miguelo’s Café que ubica en el centro de la ciudad de Kissimmee.

No es el único boricua en la Florida temeroso por familiares que tendrán que enfrentar en la Isla un poderoso huracán, el segundo con potencial destructivo que se acerca al litoral borincano. La situación es tan seria que algunos optaron por abordar un avión para refugiarse fuera de Puerto Rico.

Por ejemplo, la líneas aérea Delta y JetBlue duplicaron sus vuelos desde San Juan para sacar turistas, empleados y público en general. “No solo son turistas, sino personas que quieren salir de la Isla por el huracán, y por eso añadimos tres vuelos adicionales a los tres que regularmente tenemos para esta temporada del año”, dijo Sara Lora, portavoz de Delta Airlines.

Aunque no especificó si hubo personas viajando a Orlando, el presidente de la organización Iniciativa Acción Puertorriqueña, Jimmy Torres Vélez, comentó que a esta zona de la Florida han llegado boricuas buscando evitar sufrir los inconvenientes que traerá un meteoro de esta categoría, particularmente los relacionados a la falta de servicio eléctrico.

“Han llegado y están apretujados con sus familiares”, comentó.

“Mi familia es de Ponce y no han hecho nada para protegerse”, dijo por su parte Tomás Sepúlveda, quien lucía un prominente collar con la imagen de un cemí taíno. “A cualquiera se le caen los pelos de preocupación. La gente tiene que buscar dónde esconderse”, afirmó el hombre que nació hace 70 años en Ponce y que caminaba ayudado de su bastón en la Church Street de Kissimmee.

No es boricua, pero el alcalde de Kissimmee, José Álvarez -jefe municipal de una de las ciudades con mayor población de puertorriqueños- dijo ayer haber palpado el gran temor de amigos y constituyentes boricuas ante el poderoso meteoro que se avecina.

Puerto Rico no había sentido el impacto directo de un huracán como este desde hace 89 años, cuando el 13 se septiembre de 1928, el huracán San Felipe II azotó la Isla dejando cerca de 312 personas fallecidas. Esto significa que muy pocos puertorriqueños conocen la fuerza de un fenómeno de esta envergadura.

AYUDA PARA LA ISLA

El presidente de la organización Iniciativa Acción Puertorriqueña indicó que está activa la campaña de recolección de artículos de primera necesidad, así como ayuda económica para la Isla. Esta iniciativa, que comenzó cuando Irma parecía acercarse a la Puerto Rico, sigue viva.  A la misma, se han integrado más de una decena de organizaciones. Entre otras entidade se encuentran: Acacia Network; la Asociación de Abogados de Puerto Rico en Orlando; Asociación de Profesionales del Sur de la Florida; Asociación de Puertorriqueños Viviendo en Florida; Misión Boricua; y la Cámara de Comercio Hispana.

Este junte se ha denominado como Coordinadora de Apoyo, Solidaridad y Ayuda a víctimas de los huracanes Irma y María (CASA). Próximamente, CASA se integrará a un telemaratón que se planifica en Puerto Rico y gestionará otras actividades de recaudación en la Florida.