Candelaria López trató de aprender inglés en el pasado, sin éxito. A veces no podía ir a las clases y cuando asistía, estaba demasiado cansada como para concentrarse durante tres horas luego de un duro día de trabajo en granjas del valle del río Hudson, cerca de Nueva York. Llevaba 20 años viviendo en Estados Unidos, pero apenas si se animaba a soltar un "hi", u "hola".

Pero eso ha cambiado recientemente gracias a un programa piloto único que ofrece el estado de Nueva York, que imparte clases de inglés mediante llamadas telefónicas y mensajes de texto. López, quien tiene 38 años y cuatro hijos, dice que en los últimos meses se le ha abierto un nuevo mundo: ha adquirido mayores responsabilidades en el trabajo, puede hablar con las maestras de sus hijos sin necesidad de un traductor e incluso ayudar a familiares que hablan solo español a encontrar una vivienda para alquilar.

"Me siento muy feliz", expresó. "Es muy emocionante".

El estado de Nueva York lanzó al programa este año a través de su Office for New Americans (Oficina para los Nuevos Estadounidenses). La idea es sencilla: quienes se inscriben llaman a un número telefónico cada vez que quieren tomar una clase. Se les hacen preguntas, que responden mediante mensajes de texto, que permiten corroborar que comprenden lo que se les está enseñando. Cuando dan una respuesta correcta, se pasa a otro tema. Si la respuesta es incorrecta, recibirán una llamada de un instructor que les explicará el concepto.

Se emplea una tecnología muy básica, que no requiere aplicaciones ni teléfonos avanzados. Cualquier persona con el teléfono más barato tiene acceso al programa, el cual es tan flexible que les permite a los estudiantes avanzar al ritmo que desean. Además, es gratis, con excepción de lo que pueden cobrar los servicios telefónicos por los minutos de charla o por los textos enviados y recibidos.