Boston.- La prometida de Aaron Hernández manifestó sus dudas de que el suicidio haya sido la causa de la muerte del exjugador de la NFL. 

En una entrevista con el programa televisivo “Dr. Phil”, Shayanna Jenkins Hernández dijo que al comienzo no podía creer que su pareja hubiera muerto. Luego, puso en duda la versión de las autoridades, acerca de que Hernández se suicidó el 19 de abril dentro de su celda en una prisión. 

Jenkins dijo al conductor del programa, Dr. Phillip McGraw, que en la última conversación telefónica que sostuvo con Hernández, el exdeportista sonó optimista, por lo que no había indicios de que se le fuera a encontrar colgado de una sábana en la celda. 

“Estaba muy optimista”, recalcó. 

Dijo que en un primer momento pensó que la noticia sobre la muerte de Hernández era falsa, y que alguna persona estaba gastando una broma cruel. No explicó cuál pudo ser el motivo del deceso en caso de que Hernández no se haya suicidado, y negó que hubiera razones para considerar que alguien quería matar al ex tight end de los Patriots de Nueva Inglaterra. 

La muerte de Hernández, de ascendencia puertorriqueña y nacido en Bristol, Connecticut, ocurrió apenas días después de que se le declaró inocente por el asesinato de dos hombres perpetrado en Boston en 2012. Hernández purgaba ya una cadena perpetua por otro homicidio, cometido en 2013. 

Recientemente, una jueza anuló el veredicto de culpabilidad que se dictó a Hernández por ese último caso. La medida atendió a una doctrina de jurisprudencia, ya que la apelación de Hernández contra el fallo no se pudo atender ante de su muerte. 

Jenkins expresó dudas sobre la investigación de la muerte de Hernández. Dijo que no le parecían “creíbles” los hallazgos de la pesquisa. 

La mujer respondió también a preguntas sobre la legitimidad de una carta que le habría escrito Hernández antes de matarse. 

Consideró extraño que el mensaje fuera dirigido a “Shay” y que el autor no mencionara otros apodos cariñosos con los que Hernández solía referirse a su prometida. De igual modo, indicó que el texto carecía de un tono íntimo o afectuoso. 

El informe de la policía estatal señala que Hernández escribió con tinta en su frente y con sangre en un muro de la celda “Juan 3:16”, una referencia a un versículo del Nuevo Testamento que señala “porque de tal manera amó Dios al Mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. 

Había una biblia cerca del cadáver, abierta justo en ese pasaje, con una gota de sangre en el versículo referido. 

Algunas personas habían contado que Hernández se volvió un hombre más espiritual durante su reclusión. Sin embargo, Jenkins dijo que su pareja jamás le mencionó ese pasaje de la Biblia. 

Otra parte del mensaje a Jenkins indicaba “eres rica”. Esas palabras han generado especulaciones de que Hernández le heredaría bienes a la mujer, quien sin embargo, dijo que pensó en el amor cuando leyó el mensaje, y no podía considerarlo una especie de testamento.