Texas.- A medida que la salud de Thomas Eric Duncan se deterioraba, las enfermeras Amber Joy Vinson y Nina Pham estaban al lado del paciente de ébola.

Vestían trajes de protección que incluían mascaras faciales, trajes para materiales peligrosos y escarpines de protección mientras le colocaban catéteres, retiraban muestras de sangre y trataban con sus fluidos corporales. Con todo, de algún modo las dos contrajeron ébola.

Mientras funcionarios de salud intentan descubrir qué paso, los casos de las enfermeras han fijado la atención sobre los protocolos nacionales contra el virus letal que nunca habían sido puestos a prueba en un hospital general. Las autoridades están examinado si esas guías necesitan ser reescritas.

Relacionadas

Los protocolos contra el ébola de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) recomendaban que las enfermeras utilizaran equipamiento de protección personal como guantes, gafas, máscaras faciales y trajes resistentes a fluidos — como hicieron Vinson y Pham. También recomendaban la limpieza y desinfección exhaustiva de todos los elementos que contuviesen elementos contaminados.

El director del CDC, Tom Frieden, citó una "brecha en el protocolo" que provocó el contagio Pham mientras atendía a Duncan en una unidad de cuidados intensivos, pero no especificó la naturaleza del fallo. Sin embargo destacó que algunas de las enfermeras del hospital Texas Health Presbyterian violaron las recomendaciones sin darse cuenta al vestir demasiado material de protección.

"Son personas buenas y entregadas que se preocupan por sí mismas y sus familias y estaban intentando protegerse mejor pero, en realidad, poner más capas de guantes u otros materias de protección hace que luego sea más difícil retirarlos. Y el riesgo de contaminación durante el proceso de retirada de esos guantes es mucho mayor. Y esto es así para varias partes distintas del cuerpo", dijo Frieden el miércoles.

Pham, de 26 años, está siendo tratada en el hospital de Dallas hospital y su estado es bueno. Vinson, de 29, que dio positive por ébola el miércoles, ha sido trasladada al centro contra enfermedades infecciosas con alto riesgo biológico del hospital universitario Emory, en Atlanta.

Los registros médicos de Duncan, proporcionados por su familia a la Associated Press, señalan que una vez fue ingresado en la zona de aislamiento de la unidad de cuidados intensivos, Pham y Vinson estuvieron entre las profesionales que participaron activamente en su cuidado.

El 1 de octubre, Pham escribió en su nota de progreso matinal que dos enfermeras entraron en la habitación de Duncan vistiendo trajes Tyvek, respirador, triple escarpín, triple guante y mandil. Su informe describe que las enfermeras cambiaron de posición a Duncan y le dieron apoyo emocional. También limpiaron el suelo con lejía y limpiaron otras superficies con un trapo. El enfermo les dijo que se encontraba mejor y pidió ver una película de acción.

Vinson estuvo con él el 30 de septiembre, el día en que dio positivo por ébola. Los informes dicen que también se equipó con material de protección y una máscara facial, traje para materiales peligrosos y escarpines. En ese momento, los fluidos corporales de Duncan eran altamente infecciosos. Presentaba un "diarrea extremadamente líquida", fiebre de 102,7 grados Fahrenheit (39,3 grados Celsio) y dolor estomacal severo. Un hora más tarde, Vinson le colocó un catéter.

A primera hora la mañana siguiente, la enfermera volvió a entrar vistiendo de nuevo equipamiento de protección además de un respirados. Más tarde esa noche, se ocupó de nuevo de Duncan con una protección similar mientras el paciente tenía los mismos síntomas.

La noche antes del fallecimiento de Duncan, Vinson estuvo a su lado. Escribió que llevaba un equipo de protección completo cuando le colocó una bolsa de salino por vía intravenosa.

Las reglas de seguridad han evolucionado desde que el ébola apareció por primera vez en 1976 en Zaire (actual República Democrática del Congo). Y aunque todavía no existe cura, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Médicos Sin Fronteras han desarrollado protocolos relativamente seguros para atender a los pacientes en los largos y mortales brotes registrados en África en las cuatro últimas décadas.

El actual brote, el más largo de la historia, no se achaca a fallos de protocolo sino a la falta de cuidado. Alrededor del 70% de los infectados con ébola fallecen, según las estimaciones más recientes de la OMS. El virus ha matado a casi 4.500 personas, la mayoría en África occidental.