El hasta ahora gobernador de Alabama, el republicano Robert Bentley, renunció hoy a su cargo arrinconado por un escándalo que tiene su origen en un romance extramatrimonial y que amenazaba con su destitución.

Bentley, de 74 años, dimitió presionado por el Legislativo estatal, que hoy había abierto el proceso de destitución después de que la Comisión Ética de Alabama hallara la semana pasada pruebas de que el gobernador había quebrantado leyes éticas y de financiación.

El gobernador, además, llegó a un acuerdo con los fiscales por el cual se declaró culpable de dos delitos menores por financiación irregular de su campaña. Uno de ellos, el pago de un abogado para su amante y asesora, Rebekah Caldwell Mason, con dinero de la campaña.

Bentley deberá entregar 37,000 dólares y cumplir 100 horas de trabajos comunitarios como dermatólogo en virtud de ese acuerdo, por el que tampoco podrá volver a ocupar un cargo público.

La dimisión de Bentley puso fin a un escándalo que duró más de un año y que estalló con la publicación de unas cintas en las que el entonces gobernador hacía comentarios con contenido sexual sobre Mason, que estaba casada y que dimitió.

Las cintas fueron grabadas por la esposa de Bentley, Dianne, que se divorció de él en 2015 antes de que estallara el escándalo.

La investigación del Legislativo concluyó que Bentley quebrantó diversas leyes éticas de Alabama y que "creó un clima de intimidación" a su alrededor para evitar que se filtraran detalles sobre su romance con Mason.

Bentley fue elegido gobernador en 2010 y en 2014 ganó la reelección con un 63.6 % de los votos.

Tras la dimisión de Bentley, asumió como nueva gobernadora de Alabama la hasta ahora vicegobernadora y también republicana, Kay Ivey, que prometió un gobierno "abierto", "transparente" y "honesto".