La administración del presidente estadounidense Donald Trump ya trabaja en el nuevo proyecto de inmigración luego del revés que sufrió el primer plan del republicano, que vetaba el ingreso al país a ciudadanos de siete países musulmanes.

Ahora Trump quiere asegurarse un plan fuerte contra los sin papeles, que dispone entre varios puntos acelerar y ampliar las expulsiones inmediatas, devolver automáticamente a los mexicanos sorprendidos en la frontera, reclutar miles de nuevos agentes y perseguir penalmente a los padres que traigan a sus hijos.

Estos puntos surgen, de acuerdo a una nota publicada por el diario español El País, de los borradores que se dieron a conocer.

En caso de avanzar en breve con esta idea, lo que el magnate conseguirá será desandar a fondo el camino que recorrió su antecesor, el demócrata Barack Obama , que si bien durante su gestión también expulsó a los extranjeros indocumentados, sólo se centró en aquellos que habían cometido delitos graves.

Los objetivos de Trump no se concentran en delincuentes sino en todas las personas que no cuenten con los documentos necesarios para estar en el país. Son 11 millones los que están en esa condición. Y la mayoría de ellos, mexicanos.

Si bien aún hay dudas al respecto de todos los puntos, serán dispersadas en breve porque el presidente ya confirmó que esta semana hará pública su nueva orden, la que confirmará las intenciones del empresario de la construcción.

De acuerdo a la poca información que salió a la luz, el proyecto de Trump apunta a contratar algo así como 15,000 nuevos agentes para controles, a aumentar las competencias policiales y a preconizar una mayor colaboración con las fuerzas locales.

Un punto fuerte es el que habla de las deportaciones inmediatas, esta es la parte del plan que los inmigrantes más temen. Hasta ahora esta modalidad se ponía en juego exclusivamente cuando se trataba de personas con menos de dos semanas en el país y a no más de 160 kilómetros de la divisoria. Sin embargo, las cosas podrían cambiar rotundamente ahora: la pretensión de Trump es anular la limitación de esos 160 kilómetros y extender su aplicación a todos aquellos que lleven hasta dos años en territorio. Asimismo, el proyecto busca devolver automáticamente a los inmigrantes mexicanos sorprendidos en la frontera y perseguir penalmente a aquellos padres que hayan pagado a redes de traficantes para traer a sus hijos.

Los únicos que parecen aún tener posibilidades en el Estados Unidos de Trump, un país que históricamente se hizo grande gracias a la inmigración, son los llamados "dreamers", los menores que llegaron sin papeles pero ya asisten a la escuela. Al respecto, el mandatario dijo este fin de semana desde Florida : "La situación de estos menores es muy difícil para mí, mucho. porque yo amo a esos niños; yo mismo tengo niños y nietos, y encuentro muy, muy difícil hacer lo que las leyes ordenan. Y todos saben que la ley es dura".