La Comisión Judicial del Senado de Estados Unidos tiene esta semana el objetivo de aprobar un histórico proyecto de ley de inmigración que refuerce las fronteras y que le ofrezca un camino a la ciudadanía a millones de personas, pero el panel debe resolver primero algunas disputas restantes.

Una implica hacer modificaciones a un plan que busca ofrecer visas a inmigrantes altamente cualificados, empleados que solicita la industria de alta tecnología, pero que enfrenta la oposición de los sindicatos.

El borrador del proyecto de ley aumenta la disponibilidad de estas visas, pero incluye restricciones que buscan asegurar que los trabajadores estadounidenses tendrán la primera oportunidad de empleo. Las empresas del Valle del Silicio creen que algunas de las restricciones son demasiado onerosas y están presionando para que se ablanden.

El senador republicano Orrin Hatch, visto como poseedor del voto que inclinará la balanza en la comisión, está del lado de la industria de alta tecnología, mientras que el senador demócrata Dick Durbin, defiende la posición del sector laboral.

Los legisladores y los grupos de presión han tratado de hallar un acuerdo que consiga el apoyo de Hatch para el proyecto de ley general, pero sin alejar a Durbin, uno de sus autores.

También existe desacuerdo sobre si los homosexuales estadounidenses deberían tener el derecho de patrocinar a sus cónyuges nacidos en el extranjero para que reciban "green cards", tarjetas de residencia permanente para inmigrantes, como ya lo pueden hacer los estadounidenses heterosexuales.

Los grupos de los derechos homosexuales están presionando al presidente de la Comisión, el demócrata Patrick Leahy, para que ofrezca una enmienda que permita esto, pero los autores republicanos del proyecto de ley de inmigración insisten en que boicotearán el plan si se incluye esta medida.