Los Ángeles.- Un sismo de magnitud 5.1 sacudió el viernes en la noche el área de Los Ángeles y condados circunvecinos, sin que se informara de víctimas pero sí de daños menores, dijeron las autoridades.

El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el temblor ocurrió alrededor de 9:09 de la noche y tuvo su epicentro cerca de la localidad de Brea, en el condado de Orange, a unos 32 kilómetros (20 millas) al sureste del centro de Los Ángeles.

El movimiento telúrico se sintió al sur, en Sandiego, y al norte, en el condado de Ventura, según avisos de civiles en internet que compiló el Servicio Geológico (USGS por sus siglas en inglés).

Vidrios rotos, fugas de gas y de agua, y un derrumbe de rocas en un cerro ocurrieron cerca del epicentro, según información que dieron a conocer por Twitter las autoridades locales.

Fotos y vídeos difundidos mostraban botellas y paquetes tirados en el piso de algunos supermercados.

Al temblor le siguieron cuando menos cinco réplicas de magnitud de entre 2.7 y 3.6, según el Servicio Geológico.

Momentos antes, dos sismos de magnitudes 3.6 y 2.1 afectaron la ciudad de La Habra, en California.

Autoridades de seguridad pública dijeron que trabajadores comenzaron de inmediato a inspeccionar puentes, presas y demás infraestructura en un intento por ubicar daños.

El departamento de policía de Brea dijo que un derrumbe de rocas tuvo lugar en una zona del cañón del Carbón.

Diversas personas que llamaron a la estación KNX-AM dijeron haber visto la caída de una pared de ladrillos, un derrame de agua en una piscina así como movimiento de cables y árboles.

Alguien de quienes llamaron dijo que se encontraba en el vestíbulo de un cine cuando comenzó el sismo. "Los vidrios vibraban", afirmó. "Comenzó como un vaivén y después a la sacudida. Muchos salieron corriendo y se sostenían unos a otros en las calles", afirmó.

Tom Connolly, empleado de Boeing que vive en La Mirada, la localidad siguiente de La Habra, afirmó que el sismo de magnitud 5,1 duró unos 30 segundos.

"El temblor fue bastante fuerte. Fue largo y parecía que no iba a terminar", declaro Connoly por teléfono a Prensa Asociada.

"Comenzó con fuerza, así que fue muy desconcertante. Las personas se mantuvieron tranquilas y comenzaron a sostenerse afianzándose unas con otras. Dio algo de miedo", apuntó.

El sismo del viernes ocurrió una semana después de que otro de magnitud 4.4 que tuvo su epicentro en el Valle de San Fernando afectara antes de la madrugada una franja de territorio en el sur de California.

El movimiento telúrico bamboleó inmuebles y provocó nerviosismo, pero no daños de consideración.

El sur de California no ha registrado un sismo devastador como el de magnitud 6.7 de 1994 en Northridge que dejó decenas de muertos y daños por $25,000 millones.