El comunicado, divulgado por la oficina de transición presidencial, no fue la primera reacción de Trump al fallecimiento del líder cubano, ya que el magnate se había pronunciado poco antes en su cuenta de Twitter con una escueta frase: "¡Fidel Castro está muerto!".

Según subrayó Trump en el comunicado, Fidel Castro fue un "brutal dictador" que "oprimió a su propio pueblo" y con su fallecimiento anoche a los 90 años deja "un legado de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y negación de derechos humanos fundamentales".

"Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, mi esperanza es que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece", afirmó Trump.

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A pesar de que "las tragedias, muertes y dolor causadas por Fidel Castro no pueden ser borradas, nuestro Gobierno hará todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda iniciar finalmente su camino hacia la prosperidad y libertad", prometió el presidente electo de EE.UU., quien asumirá el cargo en enero.

Trump recordó, además, que durante la campaña electoral recibió el respaldo de la Asociación de Veteranos de Bahía Cochinos (Brigada 2506), exiliados antiscastristas que participaron en la fallida invasión de Bahía Cochinos (Cuba) en 1961.

En la misma línea que Trump, el vicepresidente electo de EE.UU., Mike Pence, dijo en Twitter que el "tirano" Castro "está muerto" y una "nueva esperanza amanece".

"Defenderemos con el oprimido pueblo cubano una Cuba libre y democrática. ¡Viva Cuba Libre!" declaró Pence en su tuit.

Durante la campaña, Trump prometió "dar marcha atrás" a las "concesiones" hacia Cuba, pero los expertos ven improbable que frene en seco el deshielo iniciado a finales de 2014 por el actual presidente de EE.UU., Barack Obama.

En las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura a Cuba, pero en su búsqueda de votos en Florida en las elecciones generales prometió que "revocaría" las medidas ejecutivas de Obama "a no ser que el régimen de los Castro" restaure "las libertades en la isla".

Pero algunos analistas consideran que el magnate de los hoteles y los casinos tendrá que atemperar esa postura, debido a las presiones que recibirá de parte de los empresarios estadounidenses que llevan décadas anhelando hacer negocios con Cuba.

Trump se encuentra estos días descansando con motivo de las vacaciones de Acción de Gracias en su hotel Mar-a-Lago, en la localidad de Palm Beach (Florida, EE.UU.).