Washington. El presidente Donald Trump tuiteó el sábado que los demócratas provocaron el cierre del gobierno para darle "un lindo regalo" al cumplirse el primer aniversario de su juramentación. 

Los demócratas “podrían haber hecho un trato fácilmente, pero decidieron jugarse a la política del Cierre”, aseguró.

Y como parte de una serie de tuits desde que comenzó el cierre a medianoche, el presidente trató de explicar por qué los estadounidenses deben elegir más legisladores republicanos en noviembre “para salir a la fuerza de este revoltijo”.

(Twitter / @realDonaldTrump)
(Twitter / @realDonaldTrump)

Trump acusó a los demócratas de preocuparse más “por los inmigrantes ilegales que por nuestras grandes Fuerzas Armadas o por la Seguridad en nuestra peligrosa” frontera con México. 

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El cierre, que se produjo a pesar de que los republicanos controlan la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso, es una muestra notable de la disfunción reinante en Washington. Todas las operaciones del gobierno, salvo las más esenciales, quedan paralizadas. 

El Congreso convocó a una inusual sesión sabatina para debatir una ley de gastos de tres semanas de vigencia, y de paso hacer saber a la ciudadanía que siguen trabajando a pesar del cierre del gobierno. 

La impresión es que cada partido buscará votos para que el otro parezca el culpable del cierre de los organismos federales. 

Los demócratas se oponen al plan de tres semanas por considerarlo una manera de paralizar las negociaciones sobre el futuro de los dreamers, jóvenes inmigrantes traídos a Estados Unidos cuando eran niños y cuya protección vence en marzo. Los republicanos dijeron que no reanudarían esas negociaciones mientras el gobierno siguiera paralizado, una táctica para erosionar la cohesión demócrata. 

El cuarto cierre del gobierno en un cuarto de siglo comenzó al tañido de la medianoche del viernes al fracasar las negociaciones de último momento cuando los senadores demócratas bloquearon una extensión de cuatro semanas. Sin embargo, tras las bambalinas, los dirigentes de ambos partidos trataban de llegar a un acuerdo para evitar un cierre prolongado. 

El cierre comenzó un fin de semana, por lo que la mayoría de los estadounidenses no sentirán sus consecuencias por el momento, pero los daños podrían aumentar rápidamente si la situación se prolonga. Y además de constituir un bochorno para el presidente, trae un riesgo político para los dos partidos, ya que cada uno espera que los votantes castiguen al otro en las urnas en noviembre. 

Trump observó que hay 51 senadores republicanos, y se necesitan 60 votos para aprobar las leyes que mantienen el gobierno en marcha, por lo cual en la actualidad se necesita apoyo demócrata. 

“Por eso necesitamos que ganen más republicanos” en las elecciones legislativas, añadió. 

En refuerzo de las posiciones del presidente, el vocero Hogan Gidley dijo que Trump no negociará la política inmigratoria con el Congreso hasta tanto finalice el cierre. El proyecto rechazado en el Senado no contenía la protección para ciertos inmigrantes en situación irregular que habían exigido los demócratas como condición para dar su apoyo. 

“No vamos a negociar... la inmigración hasta que se abra el gobierno”, dijo Gidley a la prensa. 

La jefa del bloque demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, dijo en el recinto que Trump merecía la calificación más baja por el “fracaso de su liderazgo”. Añadió que los republicanos son “tan incompetentes y negligentes que no supieron ponerse de acuerdo para mantener abierto el gobierno”. 

El cierre no afecta el Seguro Social y otros programas de bienestar. El gobierno seguirá cumpliendo sus funciones cruciales, y los efectivos de las fuerzas armadas y de seguridad así como los inspectores de salud seguirán trabajando. Pero si no hay acuerdo antes del lunes, cientos de miles de empleados federales tendrán vacaciones forzadas. 

Los periodistas de Associated Press Jill Colvin y Catherine Lucey en Washington, y Jonathan Lemire en Nueva York contribuyeron a este despacho.