Para Donald Trump, la matanza en Orlando fue una oportunidad de repetir su retórica de aplicar medidas más fuertes contra el terrorismo y ufanarse de que "yo tenía razón". Para Hillary Clinton, fue un momento de elegir sus palabras con cuidado y reafirmar que es hora de hacer inaccesibles "estas armas de guerra".

La masacre en Orlando ofrece un vistazo del agudo contraste entre los casi seguros candidatos de los partidos Republicano y Demócrata, en momentos en que el país se aproxima a unas elecciones presidenciales preñadas de miedo al terrorismo, a la violencia de las armas de fuego y a la terrible combinación de ambos.

No se sabía siquiera el motivo de la masacre en Orlando cuando Trump y Clinton hicieron sus declaraciones. Eso se supo después, cuando la policía dijo que el atacante —identificado como Omar Mateen, un ciudadano estadounidense de 29 años de edad— llamó a la línea de emergencias 911 desde el club para jurar lealtad a la agrupación que se hace llamar Estado Islámico.

A medida que salía más información al público, Trump usó Twitter para expresar que él estaba "orando" por las víctimas y sus familias, pero a la vez aseveró: "¿Cuándo empezaremos a ser duros, inteligentes y vigilantes?".

Poco después escribió que estaba agradecido por "toda la gente que me ha felicitado porque yo tenía razón en el tema del terrorismo islámico radical".

Cuando el presidente Barack Obama se abstuvo de usar esa frase para describir a Mateen en su discurso desde la Casa Blanca, Trump emitió un comunicado en el que exigió la renuncia del mandatario estadounidense, una declaración inusualmente hostil que va mucho más allá de las acostumbradas críticas de los republicanos a la política de Obama hacia el terrorismo.

El lunes, Trump aseveró que hay miles de personas que viven en Estados Unidos "enfermizas de odio" y capaces de perpetrar ese tipo de masacres. "No podemos seguir dejando entrar a esa gente... Tenemos que ser muy, muy fuertes", dijo el candidato en entrevista con el canal de televisión Fox News.

Clinton, en una entrevista telefónica el lunes, dijo al programa "Today" de la NBC que ella tiene planes para defender a la nación de estos "atacantes solitarios", pero "no voy a satanizar a un grupo de gente, ni voy a actuar como un demagogo" como Trump, porque eso "simplemente es peligroso".

Horas más tarde el lunes, Clinton prometió que de ser elegida presidenta tendrá como su máxima prioridad poner fin a los "ataques solitarios" de terroristas.

En un sombrío discurso en Cleveland, la candidata demócrata afirmó que si bien el agresor de Orlando está muerto, "el virus que le envenenó el cerebro sigue vivo".

Clinton también exhortó a intensificar los ataques aéreos contra bases del llamado Estado Islámico en Irak y Siria, y mencionó directamente a países como Arabia Saudí, Kuwait y Catar, pidiéndoles que prohíban a sus ciudadanos financiar el terrorismo.

Clinton también reiteró su llamado a prohibir los fusiles de asalto, como el usado por el asesino de Orlando.

"Creo que ese tipo de armas de guerra no tienen cabina en nuestras calles", dijo la candidata.

Trump, por su parte, insistió en su retórica en contra de los musulmanes.

El candidato republicano incluso pareció intimar que el presidente Obama apoya a los terroristas, un comentario asombrosamente ofensivo hacia el actual comandante en jefe.

"El no entiende, o quizás lo entiende mejor que nadie", dijo Trump entrevistado en el programa "Fox and Friends" del Fox News Channel.

"Es una cosa o la otra, pero ninguna de las dos es aceptable", añadió.