Donald Trump sigue con su hábito de retratar a los inmigrantes como delincuentes. El presidente de Estados Unidos hizo hincapié en las conexiones mafiosas, afirmó que la reunificación familiar es una amenaza a la seguridad nacional y lamentó la muerte de un jugador de fútbol americano en un accidente de automóvil causado por un individuo que vivía en el país de forma ilegal. 

Hablando a responsables de seguridad en la Casa Blanca el martes, Trump informó que la pandilla Mara Salvatrucha, MS-13, que se cree que está detrás de 25 asesinatos cometidos en Long Island, Nueva York, en los dos últimos años, se ha convertido en un objetivo principal para su gobierno. 

"Nunca hemos visto realmente nada como esto, el nivel de ferocidad, el nivel de violencia, y las reformas que necesitamos del Congreso para derrotarla", dijo a funcionarios de seguridad y legisladores. Trump amenazó con otro posible cese de operaciones del gobierno si los demócratas no acceden a aprobar un paquete de medidas inmigratorias que, según él, ayudaría a mantener a los miembros de las pandillas fuera del país. 

"Si no nos deshacemos de estos vacíos legales por los que los asesinos pueden entrar a nuestro país y seguir matando (...) si no lo cambiamos, vamos a tener un cese de operaciones del gobierno", planteó Trump. "Me gustaría ver un cese de operaciones del gobierno si no nos ocupamos de estas cosas". 

La última amenaza del presidente forma parte de una campaña de presión con la que intenta que los demócratas se adhieran a un amplio plan inmigratorio que habían rechazado. Trump quiere miles de millones de dólares para levantar un muro fronterizo en el sur, una importante reducción en la inmigración legal y más fondos para la seguridad nacional, entre otros aspectos, a cambio de ofrecer una salida para conceder la ciudadanía a hasta 1,8 millones de inmigrantes jóvenes que viven en el país sin los permisos oportunos. 

Previamente el mismo martes el mandatario había pedido a los demócratas que "sean más duros" en el tema de la inmigración, citando la muerte del linebacker de los Colts de Indianápolis Edwin Jackson, que falleció en un accidente de tráfico en el que estuvo implicado un guatemalteco que residía ilegalmente en Estados Unidos. Se cree que el consumo de alcohol jugó un papel en el siniestro. 

"Es vergonzoso que una persona que estaba ilegalmente en nuestro país haya matado al linebacker de los @Colts Edwin Jackson. Esta es apenas una de muchas tragedias que se pueden evitar. Tenemos que obligar a los demócratas a ser estrictos sobre la Frontera, y con la inmigración ilegal, ¡RÁPIDO!", tuiteó el presidente. 

Trump también siguió con sus críticas al sistema nacional de inmigración legal, insistiendo en que limitar la capacidad de los inmigrantes de patrocinar la entrada al país de sus familiares y terminar con la lotería de visados, destinada a promover la diversidad, mejorarán la seguridad del país. 

“En la era del terrorismo, estos programas presentan riesgos que no podemos tolerar”, sostuvo en su informe sobre el Estado de la Unión. 

El de la inmigración ilegal es un tema clave para el presidente y su base. Durante su campaña electoral acusó a los mexicanos de enviar violadores. Y desde que asumió, Trump trató de pintar a los inmigrantes como una amenaza, a pesar de varios estudios que indican que son los nativos, no los inmigrantes, quienes tienen más posibilidades de cometer delitos. 

La oposición afirma que el gobierno usa información defectuosa y datos aislados para justificar sus posturas. 

El martes Trump la emprendió nuevamente contra la Mara Salvatrucha, la pandilla surgida en la década de 1980 en Los Ángeles, formada por refugiados centroamericanos que le huían a la violencia en sus países. 

Las autoridades creen que la MS-13 cuenta hoy con miles de miembros en todo el país, aunque estadísticas indican que representan apenas un porcentaje ínfimo --menos del 1%-- del total de pandilleros que hay en Estados Unidos. Y si bien el gobierno dice que las pandillas se nutren de un flujo inacabable de inmigrantes sin papeles, algunas estadísticas señalan que la mayoría de sus miembros son nacidos en Estados Unidos. 

Trump se quejó de que miles de pandilleros son arrestados y deportados, pero regresan al país. “Ningún otro país del mundo tiene leyes tan estúpidas como las nuestras”, sostuvo.