Washington.- Donald Trump y los líderes del Partido Republicano se ven ante una realidad incómoda: es posible que no se aprecien, pero puede que se necesiten.

Eso ha forzado una difícil admisión por ambas partes, en la que los legisladores republicanos tratan de aceptar al polémico magnate como su candidato presidencial, y el equipo de Trump intenta reforzar su poco convencional campaña con la fuerza organizativa del partido.

El empresario de bienes raíces logró el martes otras dos victorias en las primarias republicanas, en West Virginia y Nebraska, a las que se presentó sin oposición dada la retirada de sus rivales la semana pasada.

"Conforme nos centramos en las elecciones generales, queremos asegurarnos de que existe la colaboración más sólida", dijo de Trump el estratega jefe del Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés), Sean Spicer.

Sin embargo, ambas partes dijeron que seguirán avanzando en una "colaboración", a pesar de que algunos líderes y donantes republicanos siguen resistiéndose a la candidatura de Trump.

Es una relación de necesidad, no de elección. La pequeña plataforma de campaña de Trump tiene deficiencias flagrantes, y el RNC está en una posición única para resolverlas.

El empresario neoyorquino ha ignorado en gran parte la recogida de información sobre los votantes que necesitaría en noviembre, ha desplegado muy poco personal en los estados indecisos y no ha iniciado la construcción de una red de donaciones.

En una entrevista el martes con Associated Press, Trump dijo que no aceptaría financiamiento público para su campaña, una decisión que le obliga a formar rápidamente una red de donantes capaz de recaudar los aproximadamente 1.000 millones de dólares necesarios para una campaña presidencial moderna. Es una tarea que otros candidatos tardaron meses en completar, lo que probablemente le haría depender de la extensa red republicana de donantes.

"Hay muchas formas en las que podríamos trabajar juntos", dijo el senador por Alabama Jeff Sessions, un importante aliado de Trump en el Capitolio. "Sería importante que tengan una buena colaboración en estas elecciones, quizá más que en otras".

Esta semana Trump y sus consejeros se han estado reuniendo con funcionarios del CNR para discutir la mecánica de su campaña. El Comité Nacional Republicano ha realizado una fuerte inversión en la operación de datos, con 200 empleados con suelo en estados clave. Las conversaciones entre el equipo de Trump y los líderes del partido continuarán el jueves, cuando el probable candidato acuda al Capitolio para celebrar reuniones privadas.

Trump tiene previsto reunirse primero con el presidente del partido, Reince Priebus, y con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, para después celebrar un segundo encuentro con Ryan y su equipo de dirección en la Cámara. También se espera que el empresario se reúna con el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.

Las reuniones son un paso clave para abordar las tensiones entre el probable candidato republicano y los líderes electos del partido.

Al mismo tiempo, líderes republicanos en el Senado y el RNC instan a las filas del partido a apoyar al magnate y dirigir su energía en combatir a la favorita demócrata, Hillary Clinton, este otoño.

"Tenemos un candidato, parece que podría ser muy competitivo, y queremos ganar la Casa Blanca", dijo el marte a la prensa McConnell, republicano por Kentucky. "Sabemos que Hillary Clinton será cuatro años más de Barack Obama. Creo que al final, eso será suficiente para unir a los republicanos".

La cúpula del RNC insta a los conservadores escépticos a apoyar a Trump. "Cuanto antes, mejor", dijo Spicer.

Eso a pesar de que Ryan, el máximo cargo electo del partido, se ha negado a respaldar al aspirante.

El presidente de la Cámara defendió su postura el martes e insistió en que sólo estaba siendo sincero al decir que Trump tiene que trabajar más para demostrar que puede unir al partido después de ofender a mujeres, hispanos y muchos conservadores.

"Unificar a este partido va a llevar más de una semana", dijo Ryan en una entrevista con el Wall Street Journal difundida a través de internet. "Si sólo fingimos unificarnos sin hacerlo, sólo estaremos a medio gas, y eso no será bueno para nosotros en otoño".

Las dudas y el malestar en torno a Trump seguían siendo palpables el martes cuando los legisladores republicanos regresaban al Capitolio tras un fin de semana largo en el que prácticamente se aseguró la candidatura. Para algunos, la cuestión de si respaldarán al candidato de su partido, algo que no hay que pensar dos veces en un año electoral normal, resultó ser más complicada.

"Hoy no admitimos preguntas sobre Trump", dijo a la prensa un asesor del senador Mark Kirk, de Illinois, mientras Kirk, uno de los senadores republicanos cuyo escaño corre más peligro, se apresuraba a llegar a una reunión.

Otro republicano que opta a la reelección, Tim Scott, de South Carolina, ofreció su apoyo, pero al igual que otros consiguió mostrarse reacio y ambiguo. "Apoyo al candidato republicano, que resulta ser Donald Trump", dijo.