Las Vegas. Los investigadores que tratan de descifrar los motivos de la masacre de Las Vegas tienen pocas pistas sobre Stephen Paddock, apenas algunos cabos sueltos que no dicen mucho. 

Paddock llevaba una vida tan tranquila y reservada que nadie parece haberlo conocido bien. Y quienes lo conocían dicen que jamás se hubieran imaginado que sería capaz de protagonizar la matanza más grande de la historia moderna de Estados Unidos. 

Otros asesinos que perpetraron grandes matanzas generalmente dejaron pistas que ayudaron a los investigadores a descifrar en poco tiempo qué los impulsó a hacer lo que hicieron. Pero Paddock, de 64 años, no tenía amigos cercanos, no frecuentaba las redes sociales ni tenía conexiones claras con el resto del mundo.

Relacionadas

“Tenemos mucho trabajo por delante”, expresó McCabe, quien se mostró sorprendido de que a esta altura no se sepa más acerca las causas que llevaron a este individuo sin antecedentes delictivos conocidos a provocar semejante baño de sangre. 

Los investigadores se están enfocando en la compra de armas que Paddock hizo en el último año, que derivó en la matanza de 58 personas el domingo pasado en un festival de música country desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay de Las Vegas. Antes de ser detenido o abatido, Paddock se suicidó. 

Las autoridades se preguntan si tuvo algún tipo de crisis que lo llevó a planificar una matanza semejante. 

Saben que alquiló un departamento en un rascacielos de Las Vegas cerca de otro festival musical el fin de semana previo a la masacre, aunque no saben por qué lo hizo. 

Se descubrió asimismo que apostaba fuerte en el casino y las autoridades dicen que intentó escapar después de la matanza, aunque no indicaron cómo. 

“Este individuo y este ataque no dejaron las pistas que generalmente quedan tras un ataque con muchas víctimas”, expresó McCabe. “Estudiamos todos los indicios de afiliación (con alguna organización o creencia), motivaciones, intenciones... y no hemos encontrado nada. No hay indicios”. 

El sheriff del condado de Clark Joseph Lombardo dijo el miércoles que Paddock debe haber recibido alguna ayuda a la luz de la cantidad de armas que encontraron en su auto y por lo meticuloso que fue su plan, pero no saben quién puede haberlo hecho. 

Los allegados a Paddock no aportaron pistas. 

“Nunca dijo nada ni hizo nada que hiciese pensar que podía hacer algo tan horrible”, manifestó Marilou Danley, la novia de Paddock, en un comunicado. 

Danley, de 62 años, regresó el martes de las Filipinas, adonde Paddock la había enviado antes del ataque, y está siendo interrogada por el FBI. 

Un examen de la computadora, el teléfono celular y otros aparatos electrónicos de Paddock no arrojaron pistas acerca de los motivos que pudo haber tenido. Tampoco revelaron vínculos con extremistas o un estado mental alterado. 

Danley describió a Paddock como un hombre “bueno, cariñoso y tranquilo”. 

Paddock, acaudalado empresario inmobiliario y fuerte apostador, pidió específicamente una habitación en un piso alto con vista al sector donde tendría lugar el festival musical, según una persona que vio los documentos que el hotel entregó a los investigadores. 

Le dieron una habitación de 590 dólares la noche, sin cobrarle, ya que es un buen cliente, que apostaba decenas de miles de dólares cada vez que iba al casino, de acuerdo con el informante. 

Los hábitos de Paddock como jugador podrían deparar algunas pistas, según los investigadores.

Un hermano de Paddock lo describió como un jugador que apostaba fuerte y a quien le daban habitaciones, comida y bebidas gratis en los casinos.

“Era un jugador importante. Era como un trabajo para él”, sostuvo Eric Paddock.

Agregó que su hermano llegó a recibir autos y cheques por 250,000 dólares de los hoteles por ser tan buen cliente.

Paddock jugaba al póker en las máquinas con vídeo de los casinos.

Michael Shackleford, que tiene un portal sobre apostadores llamado The Wizard of Odds, dijo que, a juzgar por lo que se sabe de su vida, Paddock era un jugador que apostaba grandes sumas, con un conocimiento del juego superior al del jugador promedio.

Los jugadores de ese tipo tienen estrategias a largo plazo y abundante dinero para desarrollarlas. Saben manejar la ley de las probabilidades y esperan el momento oportuno para ganar grandes pozos.

Para usar esa estrategia, hay que tener sangre fría y saber sobrellevar los malos momentos, en que pierden mucho dinero.

“Hay que tener la cabeza fría cuando uno apuesta. Si este tipo era millonario, probablemente no lo alteraban mucho los altibajos. Probablemente tenía nervios de acero y era una persona bastante fría”, dijo Shackleford.

Se cree que apostaba más de 10,000 dólares diarios en algunos casos.